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Pantalla táctil

Helena Arriaza

'Telegym', en forma ante la pantalla

EL salón, el dormitorio, la cocina e incluso el cuarto de baño. Bares, tiendas, oficinas o medios de transporte. Esos son algunos de los lugares en los que se puede disfrutar de la televisión. Pero el más pintoresco que me he encontrado últimamente es el gimnasio. Allí se practica una forma muy diferente de ver la tele. En la mayoría de los sitios estás sentado, tumbado, o de pie y casi siempre relajado. En esos casos el aparato sirve como compañía, inspira, entretiene, relaja, ayuda a dormir… Pero en los gimnasios que cuentan con varias pantallas todo es distinto. Os cuento mi experiencia diaria con la tele en el gimnasio. La rutina comienza al subir en la cinta, en la elíptica o en la bicicleta. Entonces levantas la cabeza y tienes delante doce plasmas en los que elegir qué ver. Hay quien incluso lo hace al contrario. Primero elige qué ver y luego elige la máquina que esté situada en el lugar desde el que mejor se visualice. De hecho las mujeres se suelen situar delante de Telecinco y Antena 3 y los hombres frente a La 1 y Teledeporte.

Al comenzar a andar o pedalear comienza el lío de las teles. Levantas la cabeza y ves que en tres emiten Teledeporte, en otras tres Telecinco, en otras tres Antena 3 y en otras tres La 1. De Cuatro, La Sexta, La 2 y la autonómica ni rastro. ¿Hacía cuál mirar? Para los que vamos a primera hora de la mañana no es muy complicado escoger, ya que menos en Teledeporte en el resto emiten los noticiarios. Es muy curioso ver los informativos en pantallas consecutivas. Lo primero que llama la atención son las presentadoras, todas cortadas por el mismo patrón. De hecho hay ocasiones en las que es posible distinguir a María José Saéz, de la cadena de Atresmedia, y Ane Ibarzábal, de la de Mediaset, porque la primera se levanta de su asiento. Si fuera por la ropa, el pelo y el aspecto no se sabría quien es quien. La mayor diferencia está en la previsión meteorológica. En el mismo instante las tres cadenas dan el parte del tiempo y en ocasiones nada tienen que ver unos con otros. Las temperaturas varían, unos dicen que lloverá, otros que hará sol… Es una práctica muy curiosa ver el tiempo de varias cadenas a la vez. Si tienen oportunidad, háganlo.

Otro de los aspectos que resaltan al ver la tele en el gimnasio es que para escucharlas tienes que tener unos auriculares, una radio con frecuencia modulada y sintonizar el número que pone debajo de cada pantalla. Y si tienes suerte lo escucharás, porque la mayoría de las veces no se escucha nada. Si no hay opción de escucharla y solo se puede ver hay otro handicap, los subtítulos. Por una parte están bien porque es la única forma de enterarse de lo que están diciendo. Pero por otra molestan. Tapan rótulos y partes importantes de las imágenes. Y volviendo a la información meteorológica, aquí es donde más molestan los subtítulos, sobre todo a los andaluces, ya que aparecen sobre el sur del mapa y ocultan la información que más nos interesa.

En definitiva, que al final es mejor ponerse música y olvidarse de ver la tele, ya que se convierte en el deporte de más riesgo del gimnasio al provocar tanta distracción.

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