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Helena Arriaza

¡Ni que fueran las Flores!

UNA de las sagas más queridas del país". Así comenzó el jueves Carlota Corredera el programa Las Campos. Según la RAE, el término de saga estaba bien utilizado (Relato novelesco que abarca las vicisitudes de varias generaciones de una familia). Pero en el contexto en el que la nueva presentadora estrella de Telecinco lo utilizó no estuvo nada acertado. ¡Ni que fueran las Flores, los Larrañaga o los Guillén Cuervo! Son una de las presentadoras de televisión más conocidas de España y su hija. Porque por mucho que le pese Terelu nunca dejará de ser la hija de…, ni aunque el reality gire en torno a ella. Lo del jueves fue bochornoso. ¿Qué necesidad tienen María Teresa y su hija de hacer este programa? Que lo hagan Alaska y Mario, las Kardashian o Tamara Falcó tiene como aliciente que son personajes llamativos, extravagantes y con vidas originales. Pero ellas dos, con sus trabajos, deberían conformarse. Este programa es un arma de doble filo que ya ha hecho estragos. ¡Menudo enfado se pilló María Teresa el viernes en Sálvame!

Que comenzaran con un debate en el que los invitados adelantaban cosas de lo que íbamos a ver una hora más tarde no tuvo sentido. Es mejor ver el programa y que después analicen lo que se ha visto. Desde que desvelaron el nombre del primer capítulo, Mamá no me reconozco en el espejo, el peso de Terelu y la comida se convirtieron en el tema de la noche. Qué pesadez. Seguro que sus vidas son más interesantes que eso. Aunque la comida compartió protagonismo con María, la gran estrella del programa. Menudo descubrimiento. La sirvienta de María Teresa, debido a las miradas que le echaba su jefa y a algunas contestaciones que le daba, fue la más alabada en las redes sociales. Tanto revuelo causó que entró por teléfono en el debate posterior para hablar bien de su jefa. ¿Un gesto voluntario? Lo dudo. Llega a llamar a Telecinco sin pedir permiso y la reacción de la Campos daría para un capítulo entero.

Ni rastro del día a día de la familia, de sus rutinas en su casa y fuera de ella. Se supone que eso es la esencia de un reality, pero brilla por su ausencia. Además no hay nada de naturalidad en las imágenes. Se nota demasiado que todo está preparado y supervisado por las protagonistas. Así lo dio a entender Carmen Borrego, la tercera en discordia, aunque mucho más cuerda que su madre y su hermana en la noche del jueves. Carmen incluso reconoció que ninguna de las dos es tal y como se veía en las imágenes.

Lo mejor, como ocurre últimamente con este tipo de programas, son los aspectos técnicos. Cada vez que María Teresa y Terelu se sentaban en el sofá para hablar a la cámara era inevitable compararlo con los monólogos que hacen los personajes de la serie Modern Family y las canciones elegidas para ambientar cada situación no pudieron ser mejores. Habrá que darles una segunda oportunidad en el programa de este jueves. Pero como sea igual que el anterior el empacho va a ser tan grande que no habrá sitio para más.

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