EL Gobierno ha retomado el proyecto del ex ministro Bernat Soria de aprobar una ley de muerte digna, un texto legal que asegure dos derechos esenciales: el de morir sin dolor y el de decidir la paralización de tratamientos que prolonguen artificialmente la vida, el cese de lo que se ha denominado ensañamiento terapéutico. Andalucía ha sido la única comunidad autónoma que cuenta con una ley de estas características, y prueba del amplio consenso social que existe sobre este asunto es que contó con el apoyo de todos los partidos de la Cámara, incluido el PP. Este partido tan sólo solicitó que los médicos pudieran ejercer el derecho de objeción de conciencia, aunque el Consejo Consultivo Andaluz determinó que ello correspondía al Estado. Este punto deberá ser resuelto, por tanto, por las Cortes españolas. Tal como se ha comprobado en el caso andaluz, la ley de muerte digna no incluye ni la eutanasia ni el suicidio asistido, expresamente prohibidos en España. Se trata de un texto que da garantías al paciente de que el tránsito se producirá sin el menor dolor posible y que, en caso de declararlo, antes o después de enfermar, no será sometido a mecanismos de prolongación artificial. Los médicos también ganan en seguridad jurídica. En Andalucía, un tribunal autorizó a Inmaculada Echevarría desconectarse de un respirador artificial después de años de sufrimiento. La ley estatal recoge la constitución de un comité que, en cada centro hospitalario, estudiará el caso, y debe asegurar el tratamiento de los cuidados paliativos tanto en el hospital como en el domicilio propio. Una de las críticas que ha recibido este anuncio es que la ley sería una supuesta cortina de humo del Gobierno para evitar otro tipo de debates relacionados con asuntos económicos, que le están perjudicando. Puede ser, aunque si el PP actúa del mismo modo que en Andalucía, la ley tampoco abriría una nueva polarización en la opinión pública. Además, que la situación económica sea realmente grave, no debe impedir que el Gobierno siga gobernando en otros aspectos relacionados con la vida de los españoles, y más en un asunto tan requerido como éste.

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