Provincia

Tres puntos de control regularán el caudal del Argamasilla en Écija

  • La comisión técnica, reunida este miércoles, ha acordado una serie de medidas para evitar futuras inundaciones como la limpieza completa del cauce soterrado del arroyo.

Los vecinos de Écija fueron ayer recuperando poco a poco la normalidad tras pasar una de las peores noches de los últimos años, en la que se desbordó por cuarta vez en lo que va de mes el arroyo Argamasilla y volvió a inundar más de una veintena de calles del casco urbano. Pese a que el nivel del agua volvió a superar el medio metro de altura en algunas zonas, un dispositivo formado por más de 200 personas y 50 vehículos y máquinas especiales trabajó durante horas en la limpieza de calles y casas. De esta manera, a primera hora de la tarde estaban limpias muchas de las calles que se habían inundado de noche y los vecinos se afanaban en bombear el agua y el barro que aún se acumulaba en sus viviendas.

Así todo, el Ayuntamiento ha informado este jueves de las conclusiones a las que ha llegado una comisión técnica de ingenieros de Egmasa, el Consorcio Provincial de Aguas, ingenieros de FCC, peritos, ingenieros y arquitectos municipales, así como personal técnico del Consistorio, para buscar posibles soluciones provisionales de urgencia en la zona de cabecera del arroyo Argamasilla y evitar así nuevas inundaciones como consecuencia del temporal de lluvias.

En un comunicado, el Consistorio astigitano ha señalado que, dentro del objetivo principal de contener el agua del arroyo antes de llegar a la embocadura en la que entra soterrado por debajo de la ciudad, se intentará regular el caudal de entrada de agua para que sólo se introduzca lo que el encauzamiento es capaz de evacuar al Genil. 

Esta medida se llevará a cabo a través de tres controles, que consistirán en un primer punto con capacidad de almacenamiento en el lugar en el que se está realizando la obra del nuevo encauzamiento del arroyo; un segundo punto de control en el ojo de la carretera de circunvalación, justo donde en estos días se ha construido la escollera; y un tercer punto antes de la embocadura del cauce soterrado, donde se realizará una limpieza total de los residuos que todavía traiga el agua y donde se está reconstruyendo la propia embocadura, pues tras las avenidas de los últimos días esta entrada está muy deteriorada.

En segundo lugar, y paralelamente a los controles del caudal para evitar inundaciones, se actuará directamente en la limpieza completa del cauce soterrado del arroyo, pues las partes que ya se habían limpiado antes de las lluvias vuelven a estar sucias tras las últimas precipitaciones y anegaciones.

Se prevé que esta limpieza total -en la que intervendrán tres equipos o más si fueran necesarios- esté finalizada en breve, si bien todo depende de la meteorología, pues mientras llueva y el caudal no baje no se puede limpiar. Según ha declarado el alcalde de Écija, Juan Wic (PSOE), "si la situación meteorológica nos permite cortar la afluencia de agua al cauce soterrado podremos tenerlo completamente limpio en unos quince o veinte días".

Así todo, en el día de este miércoles medida que avanzó la jornada, el riesgo de una nueva riada fue decreciendo y al mediodía se marcharon de la ciudad los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que había desplazado a 59 soldados para garantizar la seguridad de los afectados por la nueva inundación. El nivel del Genil también bajó, tras haber superado los 6,40 metros de altura el martes por la tarde.

Sin embargo, el Guadalquivir siguió creciendo lentamente y desde primera hora de la tarde comenzó a desbordarse en Lora del Río y Tocina. En el primero de estos dos municipios, el agua cubrió la Plaza de la Coronación, la Alameda del Río, la avenida de León XIII, la avenida del Castillo, el núcleo residencial Virgen de Setefilla, y las calles Arroyo y San Marcos. Es la tercera riada que sufre Lora este año, después de la del 23 de febrero y la del 7 de diciembre.

El Ayuntamiento de Lora activó el plan local de emergencias a las once y media de la noche del martes. El dispositivo funcionó a lo largo del miércoles en tareas de desalojo de viviendas y control de los niveles del agua en la localidad. El nivel del río llegó durante la tarde a unos 60 centímetros de la cota máxima alcanzada en la primera semana de diciembre y siguió subiendo poco a poco hasta quedar estabilizado y comenzar una lenta bajada durante la noche.

Ante esta situación, Protección Civil de Lora del Río estableció un puesto de mando en la Plaza de la Coronación, en las inmediaciones de la Alameda del Río, mientras que la Guardia Civil, la Policía Local y los Bomberos colaboraron en las tareas de desalojo y control. El alcalde, Francisco Javier Reinoso (PSOE), que ha criticado estos días la gestión del desembalse de agua, pidió "tranquilidad" a los vecinos del municipio y aseguró que "todo el Ayuntamiento se solidariza con los vecinos afectados por la riada".

Otra de las localidades afectadas fue Tocina, donde se desalojaron doce viviendas a cuyas puertas había llegado el agua. Mientras el agua está ya prácticamente a las puertas de estas viviendas, el caudal del río comienza a experimentar una "progresiva" pero lenta bajada a su paso por Lora del Río, que esta jornada ha sufrido inundaciones en algunos espacios de su casco urbano.

El alcalde de Tocina, Juan de Dios Muñoz (PSOE), informó a Europa Press de que el agua alcanzaba ya "prácticamente la puerta" de estas viviendas, por lo que las autoridades acordaron su desalojo y sus moradores pernoctarán en las viviendas de amigos o familiares. Los muebles de estas viviendas fueron elevados a las azoteas o segundas plantas y sus puertas de acceso protegidas en un intento de impedir que el agua deteriore las posesiones de estas familias.

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