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XXV años de Patrimonio de la Humanidad

Rajoy apoya a Sevilla en la puesta en valor de su patrimonio histórico

  • El alcalde propone crear una oficina para proteger los monumentos y aprovecha la efeméride para recordar su intención de ampliar la declaración de la Unesco a más zonas. El acto fue un compromiso adquirido en verano

Ampliar la zona declarada Patrimonio de la Humanidad y crear una oficina que vele por dicha protección. Éstos fueron los objetivos marcados este martes por el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, durante su intervención en el acto acordado con la Unesco en verano y con el que se conmemoraron los 25 años de dicha declaración. En él, además del primer edil hispalense, participaron el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo. El presidente del Ejecutivo central respaldó a Zoido en la puesta en valor del patrimonio histórico y comparó el esfuerzo en la construcción de los monumentos con el de la salida de la crisis. Por su parte, el prelado sevillano optó por defender la primacía del uso cultural del templo metropolitano -con dicha catalogación- por encima del turístico. 

El salón de los tapices del Alcázar acogió este acto al que asistieron -con bastante frío- personalidades del mundo político, empresarial y social sevillanos. El conjunto formado por este palacio mudéjar, la Catedral y el Archivo de Indias cumplían este martes un cuarto de siglo de ser declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, una distinción que ha estado amenazada por la construcción de la Torre Pelli y que este verano pudo salvarse gracias al compromiso del alcalde de Sevilla ante el comité de patrimonio mundial del organismo internacional, celebrado en San Petersburgo, mediante el cual se reduciría el impacto de la torre sobre los tres monumentos, se modificaría el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para evitar que se levantaran más rascacielos que perjudicaran la zona histórica y se celebraría una jornada internacional sobre patrimonio. De estas medidas, por ahora, sólo se conoce -según fuentes municipales- que las jornadas está previsto quese organicen a finales de marzo. 

Sin embargo, en el discurso de Zoido no se aludió a ninguna de estas iniciativas. Sólo la presentadora del acto recordó -muy por encima- dicha "amenaza". El alcalde dedicó la mayor parte de su intervención a glosar la trayectoria histórica de la ciudad -con referencias poéticas a Gerardo Diego, Juan Ramón Jiménez y Joaquín Romero Murube- y a poner en valor el alto patrimonio que atesora la capital andaluza. Dentro de este legado hizo especial referencia a la vinculación de Sevilla con el Guadalquivir (donde no faltó la mención a las Reales Atarazanas, de indiscutible actualidad). Esta alusión a monumentos como la Torre del Oro, la Casa de la Moneda o el monasterio de la Isla de la Cartuja sirvió para recordar la intención ya planteada hace más de un año de ampliar la declaración a otras zonas de la ciudad: "Haremos lo posible por conseguir que estos tres monumentos que hoy cumplen 25 años como Patrimonio de la Humanidad sean el epicentro de una declaración mucho más amplia que nos sitúe en el lugar que, sinceramente, creo que nos corresponde. Porque Sevilla está plagada de rincones que nos definen como ciudad universal". Este objetivo vino acompañado de la propuesta de crear una oficina "permanente" junto con la Unesco para la protección del patrimonio, iniciativa con la que, en principio, se evitarían crear situaciones como las generadas con la construcción de la Torre Pelli. 

A la intervención del alcalde siguió la del arzobispo de Sevilla, quien con un discurso titulado Una Catedral para el siglo XXI, se centró en el templo metropolitano, que goza también de la declaración de la Unesco desde 1987. Monseñor Asenjo se refirió a "las visiones prevalentemente económicas a la hora de programar [...] la conservación o restauración de las catedrales o de los edificios religiosos. No pocos responsables de la cosa pública hablan de 'ponerlos en valor', apuntando casi siempre a los réditos económicos para el turismo o el comercio, que nunca pueden constituir un objetivo inmediato o preferente, sino más bien una secuela". Por este motivo, destacó la supremacía de su uso cultual, ya que "a través de su función religiosa es como se sigue creando cultura". Esta tesis ya la expuso en el pasado pontifical del Corpus ante las autoridades políticas, civiles y militares. Este martes volvió a defenderla precisamente en pleno debate con el consejero de Cultura, Luciano Alonso -allí presente-, partidario de que los templos restaurados con fondos públicos permanezcan más tiempo abiertos a los visitantes. 

El acto lo cerró el presidente del Gobierno quien, partiendo de la efeméride local, elogió la protección del patrimonio español a través de los siglos, lo que se ha convertido "en un poderoso polo de atracción de la marca España" y ha logrado que este país sea el segundo con más declaraciones de la Unesco. Para Rajoy, este legado debe servir para atraer a un turismo de calidad y como "enorme valor añadido", a lo que sumó la importancia de la lengua española -en plena polémica sobre su uso en los colegios catalanes- "con vocación de universalidad" al hablarla "más de 500 millones de personas". 

La importancia del patrimonio también le sirvió a Rajoy para referirse al actual momento de crisis y a la gestión de su equipo de Gobierno: "Las grandes obras se construyen piedra a piedra y hombro con hombro, superando cada revés, y una vez concluidas, los esfuerzos cobran sentido".

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