El Hospital Virgen del Rocío es desde hace 15 días centro de referencia nacional para el tratamiento de los casos de ébola confirmados, el único centro en Andalucía. Esto significa que los pacientes contagiados por el virus no tendrán que ser trasladados al Hospital Carlos III de Madrid, como estipulaba el protocolo de actuación del Ministerio de Sanidad.

En total son siete los centros hospitalarios de referencia en España: el Royo Villanova, en Aragón, que aporta cuatro habitaciones; Nuestra Señora de Candelaria-Orfa, en Canarias, con tres; el Clínic de Barcelona, con cuatro; La Fe, en la Comunidad de Valencia, con cuatro; el Carlos III de Madrid, con tres; el Hospital Donostia, en el País Vasco, con tres habitaciones; y el Virgen del Rocío, el único centro que dispone de una única habitación.

El equipo formado para atender los casos sospechosos de ébola está compuesto por 12 profesionales; en concreto, dos especialistas en Infecciosos, un especialista en Medicina Preventiva, dos enfermeras, una auxiliar de Enfermería TCAE, un celador y un profesional de la limpieza, además de dos especialistas en Microbiología y un especialista en Bioquimíca. "Los médicos sevillanos están suficientemente preparados para tratar un caso de ébola", señaló ayer a este medio el presidente del Sindicato Médico de Sevilla, Antonio Gutiérrez.

Con el caso de este miércoles, en Andalucía se ha activado en tres ocasiones el protocolo de actuación contra el ébola. En los dos previos, uno en Málaga y otro en Almería, los análisis dieron negativo. En total, tres personas han sido tratadas en España. Los dos misioneros españoles repatriados desde Liberia y Sierra Leona, Miguel Pajares y Manuel García Viejo, murieron en el Hospital Carlos III. Sólo Teresa Romero sobrevivió al virus.

Los últimos informes de las Naciones Unidas confirman que el ébola finalmente retrocede, pero deja una dura lección. Liberia, Sierra Leona y Guinea siguen siendo los principales focos de infección, aunque la tasa de nuevos casos está en su mínimo desde agosto. Desde que se originó la epidemia en diciembre de 2013, se han registrado cerca de 22.000 infecciones y unas 8.700 personas han muerto en todo el mundo.