Sevilla

La Policía investiga una cuarta muerte por la legionela del Macarena

  • El director del hotel, al que se le imputan cuatro fallecimientos, declara que no se detectó la bacteria en revisiones anteriores y que ni clientes ni tampoco empleados se contagiaron

La Policía está investigando cuatro muertes por legionela y no tres como se había informado hasta ahora tras el brote originado en las torres de refrigeración del hotel Macarena, según confirmaron a este periódico ayer fuentes judiciales. Entre el 18 y el 22 de septiembre de 2009 murieron tres personas, todos ellos vecinos del distrito Macarena, y unas semanas más tarde falleció otra más por las complicaciones respiratorias provocadas por el contagio de esta bacteria. En todos los casos se trataba de personas mayores, la mayoría de ellas con enfermedades respiratorias que se agravaron a raíz de la infección, que afectó a otras 15 personas.

Pese a ello, y pese a que puso el caso en manos de la Fiscalía, la Delegación Provincial de Salud no tenía ayer constancia de esta cuarta muerte. Cuatro de los afectados han anunciado a través de sus abogados, Ramón Escudero y Pedro Domínguez, que emprenderán también acciones legales contra el Ayuntamiento de Sevilla por la falta de control sobre las torres de refrigeración.

El director del hotel Macarena explicó ayer a la Policía que el edificio tenía contratada una empresa externa para que se encargara del mantenimiento y la limpieza de las torres de refrigeración, en una de las cuales se originó el brote. El responsable de este establecimiento hotelero declaró ayer como imputado ante la unidad de la Policía Judicial, que está investigando los hechos.

En su comparecencia, que se prolongó durante unas dos horas, el director explicó los procesos de revisión a las que eran sometidas las torres y se mostró convencido de que el brote de legionela no se originó en el hotel, pese a que el laboratorio del Ministerio de Sanidad confirmara que la cepa hallada en estas instalaciones era la misma que se encontró en los pacientes. Sin embargo, tanto el director del hotel como la cadena Sol Meliá echan en falta un contraanálisis que avale estos resultados.

En este sentido, los responsables del hotel consideran que un dato a su favor es que ningún cliente ni empleado contrajo legionelosis pese a que además la piscina está situada muy cerca de las torres de refrigeración. En septiembre de 2009 la media de ocupación del hotel fue de unos 400 clientes diarios, según indicó un portavoz de la compañía Sol Meliá. Igualmente, el director explicó a la Policía que la empresa de mantenimiento encargada de la limpieza de las torres no detectó la presencia de legionela unas semanas antes de que se originara el brote.

Tras su declaración, la Policía mantiene la imputación del director del hotel, dado que la ley no exime de la responsabilidad penal a los titulares del edificio pese a que el servicio de mantenimiento lo realice una empresa externa. La unidad que investiga los hechos también ha citado a declarar, en principio como testigos, a los responsables de la empresa encargada de la limpieza y revisión de las torres.

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