El club verdiblanco confirmó al mediodía de ayer las rescisiones de contrato del chileno Lorenzo Reyes y del uruguayo Braian Rodríguez, dos fichajes que llegaron en el verano de 2013 procedentes del modesto Huachipato -para reforzar al Betis que afrontaba la Liga Europa- y que ayer se marcharon por la puerta de atrás.

Ese movimiento extraño con un club como el chileno, que en los últimos años nunca había traspasado a jugadores fuera de su país, tuvo un coste de un 1,9 millones de euros para las arcas verdiblancas, que se dividieron en unos 900.000 por Reyes y un millón por el 100% del pase de Braian, aunque una parte del mismo se le abonó a su agente, que era el propietario de la mitad de los derechos, con lo que el conjunto chileno sólo reflejó en sus cuentas el ingreso de casi 1,5 millones.

Reyes, que cuenta con una importante propuesta del fútbol mexicano y también de otras dos de su país, disputó 58 encuentros ligueros con la elástica verdiblanca, entre Primera y Segunda. Tras empezar a buen tono, el rendimiento del centrocampista fue disminuyendo, lo que provocó su salida la pasada temporada, justo un año después de haber ampliado su vinculación.

En el caso de Braian, su nivel siempre estuvo lejos del demandado para el fútbol europeo y apenas disputo 12 partidos con el Betis, que luego lo cedió al Numancia y Gremio de Porto Alegre.