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Merino y Mel, de lleno en el casting

  • El linense hace pública su decisión no de quedarse como segundo entrenador si no fuera el elegido. El club negocia con el madrileño como hizo con Vázquez.

Tres nombres estarán encima de la mesa del consejo de administración tras el partido ante el Racing para definir finalmente el entrenador del Betis: Juan Merino, Pepe Mel y Fernando Vázquez, después del casting realizando por la cúpula del club verdiblanco en los últimos días. Y es que si el miércoles negociaron con Fernando Vázquez su posible llegada al Betis, ayer le tocó el turno a Pepe Mel, después de los contactos previos con su representante, Margarita Garay. Merino, por su parte, manifestó públicamente una decisión que ya le había transmitido al consejo con anterioridad y que pasaría por regresar al filial en el caso de que no fuera el elegido para el primer equipo, toda vez que entiende que no sería la persona adecuada para ejercer de ayudante.

Las situaciones son distintas para cada uno de los candidatos, al igual que la opinión de los consejeros, que serán finalmente los encargados de pronunciarse, también es diferente sobre cada uno de ellos. A Vázquez lo avala su amplia trayectoria, al mismo tiempo que significaría una tercera vía entre los partidarios de Lorenzo Serra Ferrer y Pepe Mel; el madrileño, por su parte, cuenta con el respaldo de su reciente trayectoria en el Betis -muchos entienden que su despido se debió a otros motivos más allá de los números deportivos- y también con el apoyo de los aficionados, que siguen votando a su favor en cada encuesta-; Merino, por su parte, se ha colado en la elección final gracias a sus tres victorias consecutivas e incluso una cuarta ante el Racing dejaría al consejo con la difícil papeleta de destituirlo pese a un pleno de victorias en el torneo liguero.

Si la terna cuenta con puntos a favor, en el debate también se enseñarán las contras. En el caso de Vázquez, su figura si bien no genera controversia tampoco ilusiona a la grada, por lo que un mal comienzo pondría al consejo en el centro de las críticas. De igual forma, se tienen dudas de si sería capaz de soportar la presión que significa el Betis, después de que el Deportivo acabara ascendiendo el pasado año más por los deméritos finales de sus rivales que por su recta final que tuvo más sombras que luces.

El problema de Mel radica en los detractores que aparecen en torno a su nombre, tanto dentro como fuera del club, ya que el asunto de las competencias, que será uno de los que se trate con el técnico, no supondría tanto problema como se planteó en un principio. De hecho, el propio presidente, Juan Carlos Ollero, señaló en el almuerzo de Navidad que la relación entre el entrenador y la dirección deportiva debía ser fluida y no como la que vivió el propio Mel en tiempos de Bosch.

El handicap de Merino aparecería en las dudas que generaba su trabajo a largo plazo, aunque los resultados ahora mismo lo están avalando. "El puesto de un entrenador no depende de tres resultados, ni de un resultado bueno, sino de muchos consecutivos que se pueden dar o no. Los resultados están llegando y la plantilla me ha acogido muy bien. Eso se ve en el terreno de juego. Me debo a los resultados que son los que me dan credibilidad", señaló el linense, que finalizó señalado su negativa a convertirse en segundo técnico: "Prefiero bajar al filial. Ya veremos quién viene o no, si es Juan Merino o no. Soy muy transparente, me gusta trabajar con tranquilidad. Me adapto, pero no todos los entrenadores quisieran a lo mejor tener a Juan Merino de segundo".

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