Liga Europa - Villarreal-Sevilla - El apunte

Una bala recuperada

  • Emery apuesta por Gameiro, muy lastrado por las lesiones, y el francés responde con una asistencia y un tanto. Su rapidez y dinamismo fueron clave en el planteamiento.

Lo fácil para Unai Emery era salir con el equipo que está dando buenos resultados en las últimas jornadas o tirar de los 11 hombres, en la medida de lo posible, que se trajeron el pase de Alemania. Lo fácil desde luego no era sentar a Banega, manija del equipo y de lo mejorcito en esta segunda vuelta. Ni mucho menos a su delantero titular, Bacca, el que abrió el marcador en el Borussia Park. Era lo sencillo para cubrirse en caso de mala noche, pero no era el planteamiento más adecuado, o al menos el perfecto, como a la postre se ha demostrado.

En un encuentro donde se intuía que las salidas a la contra podían ser importantes para los dos equipos, el técnico vasco apostó por Gameiro y blindar el centro del campo a base de músculo del bueno, Krychowiak y M'Bia, con Iborra como punta de lanza, algo que se ha convertido en pieza clave para los sevillistas. El papel aquí del francés, que hasta ahora ha firmado un temporada floja por culpa de un par de lesiones y sus posteriores lentas recuperaciones, se ha convertido en clave para amarrar media eliminatoria.

Por fin está de nuevo a punto y su velocidad, movilidad y asociación con las balas sevillistas de la segunda línea de ataque y los laterales martilleó al Villarreal hasta dejarlo casi KO. Con su rapidez retrató a los centrales locales; sus caídas a los laterales dejaron el panorama despejado en el área para las incorporaciones de Iborra y, en menor medida, de M'Bia; y su calidad para la asistencia quedó patente a los 13 segundos cuando dio un soberbio pase a Vitolo para que el canario dejara mudo a un animado El Madrigal.

Si fuera de forma sufre -se convierte en impreciso y predecible-, el galo afinado es un puñal, una bala que el Sevilla recupera en el mejor momento de la temporada. El año pasado ya le ocurrió algo parecido. No le retiraron los galones y reapareció para hacer goles importantes, incluidos los penaltis que acabaron con la tercera Liga Europa en las vitrinas sevillistas.

La cita de Villarreal, sí ya estaba bien, era para él. Está casi certificado que es mucho mejor sólo que acompañado de Bacca. A Emery esta vez no le tembló la mano para dejar en el banquillo al colombiano, que lo ha jugado casi todo. El francés empezó a justificar la apuesta con el citado pase a Vitolo. Luego con otra asistencia a Vidal, que pudo finiquitar la eliminatoria con el 0-3 en la primera mitad de no ser por que el remate acabó en la madera de la escuadra de Asenjo. Se fajó también en la presión de la salida de pelota y en las ayudas, acabando incluso en área propia alguna jugada. Para coronar el que puede ser su mejor partido desde que está en el Sevilla, hizo el gol que dejó casi noqueado al Villarreal (1-3) ejecutando con una volea la enésima jugada de estrategia, cómo no, con Iborra como protagonista.

El mimo que Emery le ha dado durante parte de la temporada cuando estaba mal y Aspas pedía un sitio con goles da ahora sus frutos. El Sevilla recupera una bala. Una que nunca fue de recámara.

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