-Dice usted que Málaga es la Bangalore [Silicon Valley de India] de España. ¿Por qué?

-Porque hay acceso a personas con idiomas con facilidad, es una ciudad perfectamente comunicada con España y Europa y se crea un ecosistema muy bueno para atraer trabajo. Es el lugar apropiado para desarrollar tecnología y se produce una combinación de productividad y precio que la hace muy competitiva. En India son mucho más baratos porque pagan mucho menos a la gente, pero también son mucho menos productivos.

-¿Van a crecer entonces más en Málaga?

-Sí y no tenemos previsión de parar. Nuestro centro en Málaga tiene 1.200 empleados, trabaja para toda Europa y no sólo vamos a crecer en cantidad, con unos 250 empleados más al año, sino también en el tipo de cosas que hacemos. Málaga va a ser en Europa el hub desde el que Accenture va a desarrollar capacidades del entorno digital.

-Ese impulso llevará aparejado inversiones.

-Claro. En el mundo de las multinacionales en el que nos movemos quien piense que es sencillo atraer inversiones a tu país es que no tiene ni idea. Hay gente que piensa que llegan las inversiones a España porque hace calor, hay sol y la paella es buenísima y no es así. Hay que trabajar y demostrar mucho las capacidades y las competencias de un país para que te elijan. Nuestra inversión mayor es en talento. Hay siete digital hubs de Accenture en el mundo y España es uno de ellos.

-¿Cuál es su presencia en Andalucía?

-Además de Málaga, tenemos un centro en Sevilla vinculado a los servicios de operaciones con más de 500 empleados.

-¿Qué le falta a Andalucía para converger con otras regiones más ricas?

-Especialización. Hay que saber por qué cosas tiene que ser conocida Andalucía en el mundo y ahora está un poco indeterminado. En Málaga hay temas tecnológicos, en Almería se ha hecho atractiva la industria agrícola 4.0, pero hay que ver qué otras cosas hay en Andalucía. Es sorprendente la falta de empresas grandes en Andalucía y atraerlas es muy importante porque crean un ecosistema tractor de las pequeñas. Necesitamos el Inditex o o el Repsol de Andalucía.

-Usted está en contacto continuo con las empresas españolas, ¿hay una recuperación real?

-Sí, veo que hay una recuperación en todos los ámbitos vinculada a una alta demanda exterior y a un crecimiento del consumo. En España se ha hecho un esfuerzo increíble para salir de la crisis en las empresas, reduciendo su deuda a marchas forzadas, mejorando su productividad y aprovechando oportunidades que ha dado el mercado en el turismo o la industria con vientos de cola como tipos de interés bajos, etcétera. Pero para sostenerlo no es suficiente. Hay que hacer muchas más cosas para ser competitivos.

-¿Cuáles?

-Son tres. La digitalización de las empresas para generar productividad y competitividad; que nuestros productos y servicios se diferencien de los demás con altos componentes de innovación en todos los ámbitos; y apostar por la educación, ya que si no encontramos en Andalucía a 300 jóvenes con talento tendremos que contratarlos de otros sitios.

-¿Hay preocupación a escala empresarial por el auge de los nacionalismos en el mundo?

-Las empresas tenemos una incertidumbre mayor y si te pones catastrofista incluso piensas qué pasaría si hubiera una guerra, algo que no lo pensábamos antes y que ahora con todo lo que se ve con EEUU, Corea y tal... En cualquier caso las empresas norteamericanas para eso son pragmáticas y magníficas. Ha venido Trump, pero diga lo que diga van a hacer lo mismo. Hay más independencia de las empresas respecto a la política en el mundo anglosajón que en Europa. Si los países fueran empresas muchos se habrían fusionado. España y Portugal sin ninguna duda.

-¿Están en peligro de extinción los contratos fijos y al alza los autónomos?

-Se habla mucho de simplificar el número de contratos y el trabajo va hacia todo lo contrario, hacia un mundo en el que las relaciones labores son muy distintas a las de hoy. Ahora tenemos en las empresas estructuras muy piramidales y se tenderá hacia empresas más planas, con menos jerarquía, más colaboración y relaciones laborales más flexibles.

-¿Por qué?

-Vivimos en la era de la hiperpersonalización. Cada consumidor quiere que la lata de refresco tenga su nombre o unas zapatillas adaptadas a su pie, y el empleado querrá tener una relación con la empresa adaptada a lo que necesita. Puedes ser taxista por la mañana, de Uber por la tarde y por la noche otra cosa. Estamos en una era en la que se han vuelto a repartir las cartas, el juego ha empezado de nuevo y hay que estar muy vivo. Con tecnología, talento y creatividad se están creando nuevos modelos de negocio que pueden ganar a empresas que llevan 200 años.