El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, justificó ayer las actuaciones judiciales ante el proceso soberanista en Cataluña, mientras que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, le acusaba de "incumplir la Constitución" por buscar interlocutores "al margen" de la Generalitat.

Un día después de que el Tribunal Constitucional anulara la resolución para impulsar un referéndum soberanista en Cataluña y denunciara ante el fiscal a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y a los miembros soberanistas de la Mesa por haberle desobedecido al aprobar dicha resolución, Rajoy y Puigdemont cruzaron argumentos contrapuestos en relación con este asunto.

En la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Rajoy mantuvo un duelo dialéctico con el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, que le reprochó la "judicialización" del proceso catalán y remarcó que "no hay ley por encima de la decencia" espetándole: "Nos vemos en las urnas".

"Escuchándole a usted -le contestó Rajoy-, me viene a la memoria la frase de que en política no hay absurdo imposible".

Puigdemont denunció, por su parte, el "flirteo constante" del Estado con los "confines de las costuras democráticas" y alertó de las "apelaciones al artículo 155" de la Constitución, sobre una hipotética intervención de la autonomía catalana. En el transcurso de un debate con la portavoz de la CUP en el Parlament, Anna Gabriel, Puigdemont lamentó lo que ha definió como "deserción" del Gobierno central, con el que no ha llegado a negociar el referéndum, y criticó que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, pidiera que se deje de ver a la Generalitat como el único interlocutor posible en Cataluña.

Para el president, el Gobierno de Rajoy está "incumpliendo la Constitución española" cuando dice que buscará interlocutores "al margen de su representante ordinario" en Cataluña, que es la Generalitat.