las claves

La oposición al líder de la oposición

  • Escenario. No son pocos los frentes adversos que tiene abiertos el secretario general del PSOE: desde el interno al del Gobierno de Rajoy, pasando por los de Rivera e Iglesias

La oposición al  líder de la oposición

La oposición al líder de la oposición

Pedro Sánchez va deprisa deprisa, el calendario se le hace excesivamente largo y pretende alcanzar cuanto antes su objetivo. Es lo que más inquieta a sus incondicionales, que sus ansias de convertirse en presidente del Gobierno le lleven a cometer errores de los que pasan factura, y es difícil reponerse. Uno de esos incondicionales, que además no oculta su simpatía por alcanzar acuerdos con Podemos, confiesa sin embargo que "a Moncloa hay que llegar ganando elecciones, no a través de una moción de censura". Repetimos, se trata de un político al que le gustaría el acercamiento con Podemos y que menciona aquellos "ayuntamientos de izquierda" promovidos por Felipe González y Santiago Carrillo como el primer peldaño para que el dirigente socialista se convirtiera en jefe del Gobierno. Reconoce que estos dos políticos no tienen nada que ver con Sánchez y Pablo Iglesias y que el momento histórico es completamente distinto, pero… no es el único socialista que sueña con reeditar aquella peripecia. El que más, Pedro Sánchez.

No lo tiene fácil. A través de las primarias no sólo ha recuperado la Secretaría General del PSOE sino también el liderazgo de la oposición. No tiene escaño en el Congreso, pero desde Ferraz, y con el equipo parlamentario que ha diseñado con Margarita Robles a la cabeza, quiere que se note que es él quien toma decisiones. El problema principal es que para que se le visualice como líder de la oposición a través de control remoto necesitaría un partido sólidamente unido detrás, y hoy por hoy esa situación. Es más, del congreso del pasado fin de semana ha salido más roto de lo que estaba antes, con una suma de rencores que no augura nada nuevo.

Convencidos de que Sánchez se dejará llevar por impulsos como en su primera etapa, que tomará decisiones equivocadas y que no conseguirá mejorar los resultados, pesos pesados del partido piensan que cuando llegue ese momento, el del fracaso electoral -que no dudan- , el PSOE recuperará su identidad, la que le hizo ganar tantas elecciones y gobernar con González y Zapatero. Una identidad que exhibiría los valores que han sido santo y seña en sus casi 140 años de historia y que hoy consideran desaparecidos.

PODEMOS, OSCURO OBJETO DE DESEO

El papel de oposición a Sánchez, líder de la oposición, le corresponde sobre todo al Gobierno que intenta tumbar. Pero también a Ciudadanos, con un Albert Rivera que hace año y medio firmó un acuerdo con Sánchez que duró poco, el tiempo justo de que Sánchez diera el paso equivocado, el que le costó la Secretaría General, con el intento de gobernar con un Podemos más radicalizado que nunca. Pero Podemos también se suma a ser oposición del líder de la oposición porque su supervivencia depende de que Sánchez fracase como principal dirigente de la izquierda. Y sin embargo, Podemos es el oscuro objeto de deseo de Sánchez una vez más. Como explica un socialista de los ahora defenestrados, "sólo los inmaduros y Pedro Sánchez tropiezan dos veces con la misma piedra, en este caso tratar de llegar a un acuerdo con Pablo Iglesias sin comprender que le va a engañar nuevamente y que quedará como un pardillo". Es evidente que el entusiasmo que transmitió en su discurso del pasado domingo no caló lo suficiente.

Sánchez no sólo tiene abiertos los frentes de Andalucía y Valencia.En Extremadura Guillermo Fernández Vara ha optado por colaborar desde dentro para que el partido recupere su posición perdida, pero Emiliano García-Page no está nada satisfecho porque advierte maniobras para desbancarle de Castilla-La Mancha.

En Valencia Ximo Puig recibió anonadado la noticia de que Sánchez promovía la candidatura del alcalde de Burjasot para desalojarlo de la secretaría regional. Puig ha reaccionado presentando una lista con destacados sanchistas para intentar neutralizar la maniobra. Da la impresión de que Sánchez sólo se resigna a no controlar Andalucía, donde Susana Díaz utiliza todas sus dotes para no perder terreno y mantener al menos el apoyo que le brindó su tierra en las primarias.

LOS AGAZAPADOS

En el PP, principal partido de la oposición a la oposición de Sánchez, tienen la confianza de que tras el entusiasmo inicial que ha provocado en un sector de militantes que le ven ya en Moncloa, en breve espacio de tiempo volverá el Sánchez de siempre, el que calificó de "histórico" el resultado de las elecciones de diciembre del 2015, el que irritó a Bruselas con su falta de compromiso y su no aceptación de los acuerdos comunitarios -el caso del CETA con Canadá va en esa línea-, el que se dejó llevar por la demagogia con propuestas que no se sostenían en pie y que además eran de imposible incumplimiento, y el que fue crispando gradualmente su gesto porque es incapaz de aceptar una crítica.

En los próximos días veremos un PP que tratará a Sánchez lo justo, y que en lugar de ponerle permanentemente contra las cuerdas prefiere dejar que se descalifique por sí mismo, como ocurrió hace un año. La prioridad de Rajoy es acordar el techo de gasto con el dirigente socialista y tiene la esperanza de lograrlo no por sus dotes de persuasión, los de Montoro o los de Rafael Hernando, sino por las presiones de los presidentes de gobiernos autonómicos socialistas, pues del techo de gasto depende su financiación. No ha disgustado la designación de Margarita Robles como portavoz parlamentaria y por tanto la más importante interlocutora. Es una persona intransigente, dura, pero con sentido de la responsabilidad.

Albert Rivera va a oponerse frontalmente a Sánchez, de hecho lleva toda la semana haciéndolo. Porque se encuentra en las antípodas de lo que defiende el secretario general socialista y además porque tiene la posibilidad de atraer un porcentaje importante de sus votos, los disconformes con el radicalismo de Sánchez, sobre todo si insiste en intentar hacer suyas algunas de las iniciativas de Podemos. Rivera ha encontrado además un filón en la propuesta del nuevo PSOE de defender la "plurinacionalidad" española, idea que produce un rechazo generalizado en todos aquellos que ven en peligro la unidad de España.

¿Y Pablo Iglesias? Supuestamente sería el dirigente menos proclive a hacer oposición firme a Sánchez, pero el dirigente socialista debe ir con cuidado. Ya fue engañado en una ocasión y nada impide que lo sea por segunda vez. A Iglesias no le gusta Sánchez y lo admite abiertamente, y ese sentimiento en buena lógica debería ser mutuo. Sin embargo Sánchez no pierde la ocasión de intentar el acercamiento, que como se demostró hace unos meses es antinatura. No por sus diferentes proyectos, sino porque disputan el mismo espacio electoral, así que cuantas más trampas pueda poner Iglesias a Sánchez, mejor. Como ocurrió en febrero de 2016 cuando le hizo creer que le apoyaría en una posible investidura y le dejó colgado cuando Sánchez ya se veía en Moncloa.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios