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España

Las víctimas rebosan desconfianza

Un año después de que ETA comunicara el cese definitivo de su actividad, las asociaciones de víctimas se muestran escépticas sobre su final y creen que la organización terrorista no tiene intención ni de disolverse, ni de entregar las armas ni, mucho menos, de condenar sus crímenes y colaborar con la justicia. "En el momento en que el entorno de ETA tenga más poder en las instituciones y el Estado rechace sus pretensiones de independencia veremos lo que sucede", asegura la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, que desconfía de que ETA no vuelva a matar si su exigencia de autodeterminación no es satisfecha. Pedraza recuerda que la organización terrorista, lejos de anunciar su disolución, está a la expectativa de que la coalición abertzale EH Bildu obtenga mañana "muchos escaños".

Es la razón, argumenta la presidenta de la AVT, de que la banda esté callada en estos momentos porque "ETA siempre ha vivido por y para matar" y cuando su entorno empiece a "asfixiar al Estado reclamando la independencia no les va a costar nada volver a coger un arma". En esta línea, lamenta que con el poder que la izquierda abertzale puede alcanzar en las instituciones vascas, la banda tendrá "más capacidad de información y más capacidad económica".

Por todo ello, reclama "firmeza y contundencia" en la lucha antiterrorista y que, de una vez por todas, se imponga el relato real de ETA que es, defiende, "la historia de unos asesinos y unas víctimas en la que debe haber vencedoras y vencidos". "Basta ya de que ETA y su entorno echen un pulso a la sociedad para borrar el relato real y encumbrar a los etarras", insiste.

Para el responsable de la asociación Dignidad y Justicia (DyJ), Daniel Portero, el comunicado de ETA fue "simplemente otra pantomima más" de la organización que un año después de anunciar el cese sigue sin poner punto final a su actividad entregando las armas. "La disolución nunca va a ocurrir, ni siquiera un gesto de mentira porque sería perder toda la razón de su historia", destaca Portero, quien muestra su preocupación porque ETA y la izquierda abertzale separarán sus caminos. A su juicio, la "acumulación de fuerzas" de las coaliciones abertzales culminará con su presencia en todas las instituciones, por lo que definitivamente ya no necesitarán a ETA. "Ese es el peligro y lo más preocupante es que esa división se visualice", insiste Portero, que no cree probable que vuelva a atentar.

Desde la Fundación de Víctimas del Terrorismo, su presidenta, Maite Pagazaurtundua, explica que la banda "mutó" hace un año para "convertir el desastre que se les avecina en una oportunidad" tras ver limitado su poder político con la ilegalización de Batasuna y ver mermada su capacidad operativa por el acoso policial. "Pero ETA no se ha disuelto y sigue tutelando a su entorno. No se han allanado ante la ley y exaltan a los presos por los más graves delitos como héroes", insiste Pagazaurtundua que alerta de que comienza a "larvarse un nuevo tabú": el de que ocultar la verdad y no molestar al entorno etarra, una estrategia que facilita "su objetivo de lograr una sociedad donde el nacionalismo sea, de facto, y se llame como se llame, obligatorio".

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