En un año como 2008, azotado sin escrúpulos por la crisis, no todas han sido malas noticias para la economía. La inversión en investigación y desarrollo (I+D) ha dado una gran lección de que hay capítulos que pueden nadar contracorriente. Los mensajes de que la apuesta por la innovación allanará el camino hacia un futuro más competitivo y global han calado en Andalucía. Pero no sólo entre el sector público, como venía siendo habitual, sino también entre las empresas.

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística ponen de manifiesto que Andalucía se ha dejado seducir por estas actividades. Como muestra, tres botones: la inversión en I+D casi duplicó el avance nacional; el gasto superó por primera vez la barrera del 1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) andaluz; y el sector privado rebasó el desembolso realizado por el ámbito público.

Andalucía empieza a converger con las regiones que son avanzadilla en este terreno. En 2007 la región destinó 1.478,5 millones de euros a I+D. La cifra supuso un incremento del 21,8 por ciento respecto al ejercicio anterior y supera el crecimiento de los últimos años –un 19 por ciento en 2005 y un 15 por ciento en 2006– y casi duplica el alza nacional del 12,9 por ciento.

Asimismo, el dato tiene otra lectura positiva, ya que indica que se ha destinado a actividades de investigación el equivalente al 1,01 por ciento del PIB regional, acortando distancias con la media española, pues el gasto nacional en 2007 en I+D, de 13.342 millones de euros, supuso un 1,27 por ciento del PIB. De todas formas, los objetivos de Andalucía –ambiciosos- pasan por alcanzar el 2 por ciento del PIB en 2013, un reto que requerirá, sin duda, imprimir mayor ritmo.

Desde el punto de vista sectorial, también se van aprobando las asignaturas pendientes. El peso del sector público se reduce poco a poco aunque aún realiza la mayor aportación, mientras que el empresarial se erige en motor del crecimiento de la inversión a nivel andaluz, al duplicar su avance. Pasó de una tasa de crecimiento del 18,7 por ciento en 2006 a otra del 36,0 por ciento en 2007, con un desembolso total de 548,7 millones.

Paralelamente, el gasto público experimentó un alza de sólo el 14,7 por ciento, en línea con la del año precedente, hasta totalizar 929,8 millones de euros. Pese al avance más lento, a las administraciones públicas y la enseñanza superior correspondió el 62,8 por ciento de ese total, pero, eso sí, con un claro recorte de cuatro puntos ganados por el sector empresarial con respecto a 2006. Así las cosas, las compañías aportaron el 37,2 por ciento restante.

Esta distribución contrasta con el reparto de fuerzas a nivel nacional, donde el sector privado ejecuta casi el 56 por ciento del gasto en I+D. Si bien, también hay que resaltar que la tasa de crecimiento de la inversión de las firmas españolas, 13,3 por ciento fue bastante menor al ya citado de las andaluzas.

Dentro del mapa nacional, el gasto tecnológico andaluz representó el 11,1 por ciento sobre el total español, cuyo volumen se elevó a 13.342 millones. En cifras absolutas, la región sólo fue superada por Madrid, con 3.584,1 millones de euros y Cataluña, con 2.908,7. En términos de gasto respecto al PIB regional, Andalucía se colocó en la octava posición, en la mitad de la tabla.