Justicia y sucesos

La pieza clave del caso Bretón

Luis Pérez-Bustamante

El caso sobre la desaparición de los pequeños Ruth y José centra toda la atención de los medios desde el arranque del año 2012. Aún no existe ninguna prueba, a pesar de las intensas búsquedas en la finca de Las Quemadillas y en todo su entorno, que desvele qué fue lo que pasó realmente el 8 de octubre de 2011 y, por lo tanto, qué ocurrió con los dos hermanos. Pero, el juez instructor del caso, José Luis Rodríguez Lainz, tiene claro que la clave la esconde su padre, José Bretón, a pesar de su insistencia en que él es inocente y que los menores desaparecieron a causa de un despiste mientras paseaba con ellos por el Parque Cruz Conde.

Esta versión finalmente se desmorona el 26 de agosto. Cerca de la medianoche transcienden a los medios los primeros rumores de la existencia de un informe pericial que concluye con rotundidad que los restos óseos hallados en la hoguera de la finca de Las Quemadillas, sólo un día después de la desaparición de los menores, eran de origen humano. Con esta afirmación, se consigue colocar la pieza clave de un puzzle que se había convertido en un rompecabezas. Pero, al mismo tiempo queda en evidencia la actuación de la perito judicial de la Policía Nacional encargada de  analizar los restos de la hoguera horas después de su aparición. Su informe era claro; los restos pertenecían a animales. Finalmente, rectifica esta conclusión ante el juez poco después de que al informe de Etxeberría, se uniera el del paleontólogo José María Bermúdez de Castro y el de la comisión mixta de expertos de la Universidad Complutense.

 

Ante este grave error, el propio ministro del Interior, Jorge Fernández, se ve obligado a comparecer el 27 de agosto bajo la expectación de decenas de periodistas para confirmar la existencia de los informes que no dejaban ningún género de duda a que los restos eran de personas. 

 

Desde entonces, el único acusado por la desaparición de los menores, José Bretón, se enfrenta a un doble delito de asesinato con la agravante de parentesco.  Con frialdad y sin expresar ningún sentimiento, el padre de Ruth y José presencia todas las laboriosas búsquedas en la finca de sus padres y se sienta ante el juez mostrando una actitud incluso de altanería y enfado. Durante los últimos meses también transcienden  sus problemas con los presos sombra que lo vigilan durante todo el día. Esto deriva incluso en una huelga de hambre para denunciar la "injusta situación" que está viviendo en prisión. Meses antes de este episodio, en concreto, en enero, también protagoniza una simulación de intento de suicidio.

 

La tesis que cobra más fuerza tras la confirmación de que los restos son humanos, se centra en que Bretón sedó a sus hijos con Orfidal y Motiván antes de quemarlos en una hoguera que había prendido con leña de olivo y decenas de litros de combustible que compró durante varias semanas. De esta manera, el objetivo de Bretón era hacer el mayor daño posible a su mujer, Ruth Ortiz, después de que ésta le comunicara el 15 de septiembre que quería poner fin a su relación matrimonial. No obstante, todos estos detalles son sólo conjeturas hasta que no se celebre el juicio y exista una sentencia. 

 

La madre de los menores, por su parte, quiere el recuerdo de sus hijos permanezca presente a pesar del paso de los mese. Por ello, el pasado 19 de diciembre no duda en viajar de Huelva a Córdoba para entrevistarse con el alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto, para solicitarle, con el aval de 5.000 firmas, que la Ciudad de los Niños lleve a partir de ahora el nombre de sus dos hijos, Ruth y José.  

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