El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, lamentó ayer las "maniobras" políticas internas en un momento crítico para el Reino Unido tras el voto por el Brexit, en referencia a una ola de dimisiones en su equipo de oposición.

Durante una intervención en la Cámara de los Comunes, Corbyn instó también a respetar el mensaje del pueblo británico. "Nuestro país está dividido y no va agradecer ni a la bancada de enfrente (en referencia a los conservadores) ni a la de detrás (la de los laboristas) que se permitan maniobras internas en este momento", declaró.

En las últimas horas, 23 de 31 miembros del equipo de oposición -conocido como gabinete en la sombra- han anunciado su dimisión en protesta por la falta de liderazgo de Corbyn, al que achacan un pobre papel en la campaña por la permanencia en la UE.

Esta dimisión concertada, a la que se sumó anoche un debate sobre una moción de confianza no vinculante, culmina meses de reproches al líder izquierdista, que fue elegido el 12 de septiembre con el apoyo arrollador de las bases laboristas pero sin respaldo dentro del grupo parlamentario. El número dos laborista, Tom Watson, ha advertido a Corbyn de que afronta un desafío a su liderazgo si un mínimo de 50 diputados -del total de 229 parlamentarios laboristas- propone otro candidato.

El dirigente, que cuenta con el apoyo de un puñado de aliados y los sindicatos, afirmó ayer que no piensa dimitir y adelantó que, si hay otro concurso por el liderazgo, volverá a presentarse.

El primer ministro, el conservador David Cameron, aprovechó por su parte su primera intervención tras el referéndum para lanzar una puya a su rival en la oposición. Tras la investidura de una nueva diputada laborista, Rosena Allin-Khan, Cameron bromeó: "Le recomendaría que deje el teléfono encendido, puede ser ascendida al gabinete en la sombra antes de que acabe el día".