Unión Europea

Los Veintisiete aprueban las directrices para la futura relación con Reino Unido

Rajoy junto a Macron y el portugués António Costa.

Rajoy junto a Macron y el portugués António Costa. / EFE

Los jefes de Estado y de Gobierno de los veintisiete países que permanecerán en la Unión Europea (UE) tras la salida del Reino Unido aprobaron las primeras directrices para negociar la relación bilateral tras el brexit.

"Terminada la discusión sobre comercio y adoptadas las conclusiones del Consejo Europeo. Iniciado el Consejo Europeo sobre el brexit y adoptadas las directrices", escribió en su perfil de la red social Twitter Preben Aamann, portavoz del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

El propio Tusk aseguró en la misma plataforma que los Veintisiete han dado luz verde a las directrices sobre "las futuras relaciones entre la UE y el Reino Unido tras el 'brexit'".

Esas pautas recalcan la disposición de los jefes de Estado y de Gobierno a iniciar el trabajo sobre un acuerdo de libre comercio "equilibrado, ambicioso y de amplio alcance, en la medida en que haya garantías suficientes" sobre la igualdad de condiciones.

Asimismo, precisan que ese tratado se finalizará cuando el Reino Unido no sea ya un Estado miembro de la Unión y subrayan que el pacto comercial no puede ofrecer los mismos beneficios que la pertenencia a la UE ni equivaler a la participación en el mercado único o en algunas de sus partes.

Según las directrices, el acuerdo debería contemplar el comercio de bienes en todos los sectores y mantener la ausencia de aranceles y restricciones cuantitativas "con las correspondientes normas de origen".

Además, afirman que el actual acceso a las aguas y recursos pesqueros se debe mantener y piden una cooperación aduanera "adecuada".

También consideran que el pacto tendrá que incluir medidas sanitarias y fitosanitarias y un marco para la "cooperación regulatoria voluntaria".

Igualmente, abordará el comercio de servicios, así como el acceso a los mercados de contratación pública, las inversiones y la protección de los derechos de propiedad intelectual, incluidas las indicaciones de procedencia geográfica.

Los mandatarios reiteran en esas directrices su determinación de tener una asociación "tan cercana como sea posible" con el Reino Unido en el futuro y expresan su deseo de que cubra áreas adicionales al comercio y la economía, sobre todo la lucha contra el terrorismo y el crimen internacional, la seguridad, la Defensa y la Política Exterior.

Hacen referencia, además, a ámbitos como el cambio climático, el desarrollo sostenible y la contaminación transfronteriza.

Al mismo tiempo, el Consejo Europeo "debe tener en cuenta las posiciones repetidamente declaradas del Reino Unido, que limitan la profundidad de semejante futura asociación".

Londres ha asegurado que no desea permanecer en el mercado único ni la unión aduanera cuando abandone la UE, lo cual "de forma inevitable conducirá a fricciones en el comercio", lo que tendrá "consecuencias económicas negativas, en particular, en el Reino Unido".

En cualquier caso, reconocen que si las posiciones británicas evolucionaran, la Unión Europea estaría dispuesta a incluir modificaciones en las directrices.

El pasado martes, la ministra búlgara de Asuntos Exteriores, Ekaterina Zaharieva, cuyo país ostenta la presidencia rotatoria de los Veintiocho, ya declaró que se podrían revisar las directrices en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de junio para reflejar posibles cambios en "las líneas rojas" de Londres.

De todas formas, las pautas avisan de que un país no perteneciente al club comunitario no tiene las mismas obligaciones, derechos ni beneficios que un Estado miembro.

Los mandatarios también instan a realizar "esfuerzos intensificados" en las cuestiones relacionadas con la aplicación territorial del acuerdo de retirada, "en particular, con respecto a Gibraltar".

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