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Cultura

Birimbao expone los dos últimos años de creación de Rolando Campos

  • La muestra incluye piezas de pequeño y gran formato y desvela la libertad expresiva alcanzada por el creador · Las series surgieron tras una etapa de reflexión en la que el autor buscaba nuevos caminos

El año pasado, la Casa de la Provincia ponía de manifiesto la personalidad versátil de Rolando Campos (Sevilla, 1947-1998), a través de una exposición que divulgaba la pluralidad de disciplinas que cultivó el creador, con campos tan diversos como la escultura y la pintura, la escenografía, la fabricación de joyas y caretas y la cartelería. La muestra servía, además, para que el visitante comprendiera la evolución de un artista que avanzó gracias a un constante cuestionamiento de sí mismo.

Ahora, la Galería Birimbao (Alcázares, 5) exhibe hasta el 5 de abril una selección de los dos últimos años de la producción del sevillano, cuando éste poseía esa madurez que había conseguido con el paso del tiempo. El galerista Miguel Romero rememora que Campos falleció "cuando estaba descubriendo un campo de posibilidades". El propietario de Birimbao quedó deslumbrado cuando el autor le mostró, poco antes de morir, las series en las que estaba trabajando. "Yo creo que estamos ante una obra espléndida, que manifiesta a un autor muy libre, con mucha capacidad para sugerir", afirma.

Los cambios que se abrían en la trayectoria de Campos ponían fin a una etapa de crisis, "dos o tres años de reflexión, en los que estuvo buscando". No en vano, Miguel Romero define al pintor como "muy meticuloso con su obra, procuraba que estuviese bien reposada. Era un hombre que tenía una visión de la vida como algo complicado, algo que en momentos hace sufrir, y eso lo transmite en sus piezas. Es una obra en la que insiste, en la que da vueltas".

Los fondos que se exponen consiguen una intensa plasticidad mediante la técnica del collage y van desde el pequeño formato hasta el grande. "Grande teniendo en cuenta que hablamos de Rolando Campos, que era un artista muy íntimo, que prefería el juego corto", puntualiza Miguel Romero.

Las obras que acoge Birimbao se agrupan en series que giran a partir de un mismo asunto y permiten al autor distintas variantes de un mismo problema. "Esas variaciones, esas repeticiones como si se trataran casi de una secuencia cinematográfica, son la visión de un creador que busca lo profundo de la realidad", opina Miguel Romero.

Una de las series que incluye la exposición es la de Punkies, en la que la especialista Mercedes Espiau Eizaguirre ve la reinvención del creador "en un nuevo lenguaje cargado de connotaciones publicitarias, donde se sitúan ahora esas miradas ensimismadas y un punto desafiantes surgidas de la tensión de un furioso trazo de frafito y una mancha traslúcida de cromatismo exaltado". La autora del catálogo de la muestra destaca la colección de Esperpentos, donde "Rolando se libera de sí mismo, del lastre de esa su autoimpuesta mirada analítica y reflexiva, para dar rienda suelta a la experiencia sensual del proceso creador en toda su intensidad".

Espiau subraya la madurez alcanzada por el artista en sus últimos años. "La obra última de Rolando Campos revela a un autor sumergido en una vertiginosa actividad creadora que, dominada por la sensualidad del color y la inmediatez del gesto, juega a ofrecernos la pintura como sustancia sensible antes que cualquier otra cosa".

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