Letras

Fallece el escritor Michael Crichton

  • El narrador norteamericano, autor de éxitos como 'Parque Jurásico', ha fallecido a los 66 años.

El prolífico y exitoso escritor norteamericano Michael Crichton ha fallecido a los 66 años en Los Ángeles. Autor de best-sellers como Parque Jurásico y su secuela, El mundo perdido (adaptados ambos al cine por Steven Spielberg), Esfera, La amenaza de Andrómeda, Congo o Rescate en el tiempo, fue también uno de los creadores de la no menos exitosa serie de televisión Urgencias, de la que se emite en Estados Unidos su decimoquinta temporada.

En un comunicado publicado por la página web del programa de televisión Entertainment Tonight, la familia del célebre autor, que ha vendido más de 150 millones de ejemplares de sus obras, explica que Crichton, que murió el martes, luchaba contra un cáncer cuyo tipo no especifican. "El mundo lo conocía como un gran contador de historias que retó nuestras nociones preconcebidas sobre el mundo que nos rodea -y nos entretuvo mientras lo hacía-", sostiene el comunicado.

"Su mujer Sherri, su hija Taylor, familia y amigos conocían a Michael Crichton como un esposo devoto, padre cariñoso y amigo generoso que nos inspiró a cada uno de nosotros para luchar por ver las maravillas de nuestro mundo a través de nuevos ojos", agrega la nota. "Hizo esto con un sentido del humor irónico que, los que tuvimos el privilegio de conocer, jamás olvidaremos", concluye el comunicado. En la página web del autor se explica que Crichton "murió de forma imprevista" después de una "batalla privada y valiente contra el cáncer".

Michael Crichton poseía varios talentos. Era médico graduado en Harvard, autor de 26 novelas y 11 guiones para cine, además de director y productor. Fue guionista de la película Parque Jurásico, de Steven Spielberg, basada en un libro escrito por él, que lo hizo tan famoso que paleontólogos le dieron su nombre a una nueva especie de dinosaurios descubierta en China: Crichtonsaurus bohlini.

La serie televisiva Urgencias (ER en su versión original), creada y parcialmente escrita por él, lleva en antena más de 14 años (en EEUU se emite ahora su 15ª temporada), y en ella Crichton describe sus experiencias como joven médico asistente. Doce de sus novelas fueron llevadas al cine, él mismo se puso tras la cámara en siete ocasiones y produjo éxitos como Twister, la historia de un devastador tornado en mitad de Estados Unidos.

Crichton nació en Chicago y se crió en Roslyn, una pequeña localidad cerca de Nueva York. Hijo de un periodista, primero estudió Literatura y luego Medicina. Ya en aquella época escribía novelas con seudónimo, entre otros como John Lange, una alusión a su estatura de 2,06 metros. Además dio conferencias sobre Antropología como profesor invitado de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido.

Los libros de Crichton, de los que se han vendido hasta ahora más de 150 millones de copias, son leídos en todo el mundo. Sus mayores éxitos los obtuvo con thrillers tecnológicos como La amenaza de Andrómeda o Esfera.

Su primer premio, el Edgar Allan Poe, lo obtuvo con A Case of Need, escrito con seudónimo. La Asociación de Médicos estadounidense (AMA) lo distinguió con su premio literario por Five Patients - The Hospital Explained. En 1995 obtuvo un Oscar por logros técnicos y ese mismo año y el siguiente sendos Emmys por Urgencias. En 1973 se atrevió a usar imágenes bidimensionales generadas por ordenador (CGI) en Westworld, y en 1976 pasó a las tres dimensiones con Futureworld.

Con un amigo, el neodadaísta Jasper Johns, Crichton editó un gran volumen de arte. Escribió programas informáticos y los presentó orgulloso en el libro técnico Electronic Life. En 1992, la revista People incluyó a Crichton, que entonces tenía 50 años, en su lista de las Cincuenta personas más atractivas. Estaba casado en quintas nupcias con la actriz Sherri Alexander (Sexo en Nueva York) y tuvo una hija, Taylor, de una relación anterior.

Además de sus obligaciones con Hollywood, Crichton también criticó el abuso con patentes en el sistema de salud norteamericano. En comentarios y artículos, entre otros para el diario The New York Times, denunció reiteradas veces que en su país el 20 por ciento de los genes humanos ya están bajo patente. Agregó que esto encarece innecesariamente los exámenes y tratamientos, y que por razones legales y de costo se impide que los científicos sigan investigando enfermedades en un gen ya patentado.

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