ARTE

Hechizos del Sol Naciente

  • El Museo Carmen Thyssen de Málaga presenta su muestra 'Japón. Grabados y objetos de arte', nueva invitación al viaje con una breve representación de la colección de José Palacio

Ante la dificultad de resultar original en una ciudad plagada de pinacotecas, el Museo Carmen Thyssen ha decidido tirar de brújula y satisfacer las curiosidades artísticas e históricas de quienes no alcanzan a hacerse con un soñado billete para surcar las latitudes: después de los ecos del Lejano Oeste, el centro del Palacio de Villalón acaba de inaugurar la muestra Japón. Grabados y objetos de arte, una aproximación al periodo Edo del país del Sol Naciente (aunque también hay algún testimonio de la posterior etapa Meji) a través de una selección de estampas ukiyo-e y piezas de laka urushi del siglo XVII. Estas piezas proceden de la colección que adquirió el empresario José Palacio a comienzos del siglo XX y que desde 1954 conserva entre sus fondos el Museo de Bellas Artes de Bilbao, que ha prestado una breve pero representativa selección de las 211 obras que componen la colección al completo. Artistas japoneses muy populares del periodo Edo como Utamaro, Hiroshige y Hokusai están representados en la exposición, que podrá visitarse hasta el 23 de abril en la Sala Noble del Museo Carmen Thyssen y en la que también se incluyen algunos objetos ad hoc (entre ellos, una catana) procedentes de otras colecciones.

La directora artística del Museo Carmen Thyssen, Lourdes Moreno, presentó la exposición junto a director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Viar; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; y el embajador de Japón en España, Masashi Mizukami, en la que fue su segunda visita a Málaga, tal y como recordó, tras su comparecencia junto al arquitecto Shigeru Ban en el Teatro Cervantes en un acto organizado hace unos meses por la Escuela de Arquitectura de la Universidad. Lourdes Moreno recordó el impacto que causó en el arte occidental la revelación, a través de coleccionistas como José Palacio, del arte tradicional japonés a partir de finales del siglo XIX: "Los artistas europeos encontraron un arte muy distinto, que prestaba una especial mirada a la naturaleza, especialmente en su vertiente más sintoísta. Si el arte occidental ha sido esencialmente antropocéntrico desde Grecia y Roma, la creación que llegaba desde Japón ofrecía un contraste que ha menudo fue recibido como un shock". Moreno subrayó que este hallazgo no se quedó en la mera admiración de lo ajeno y que ejerció una influencia notable en los artistas europeos, y también españoles, de entre los siglos XIX y XX; de hecho, señaló algunas posibles confluencias entre la exposición y la colección permanente del museo "a través de pintores como Fortuny, Madrazo, Palmaroli, Casas o Iturrino, que incorporaron esta mirada a la naturaleza y al paisaje de una manera más amplia que hasta entonces, gracias a su descubrimiento del arte japonés". En cuanto a los objetos, su inclusión resultaba oportuna en la exposición por cuanto "la cultura japonesa, tal y como se percibe en tradiciones como la de los samuráis, establece una relación muy particular con los objetos hasta depositar en ellos una verdadera categoría espiritual". Aunque testimonial, la muestra da buena cuenta del modo en que Japón delimita de manera distinta los entornos propios del arte y la inspiración.

El hallazgo del arte japonés y su mirada a la naturaleza fue una revelación en Occidente"

Por su parte, Javier Viar destacó la intuición de Javier Palacio, nacido en Montevideo de padre cántabro y madre bilbaína, al adquirir ya en la primera década del siglo XX en París "una colección de arte japonés verdaderamente única en España; tan solo el Museo de Zaragoza conserva otro legado con el que se podría comparar". De hecho, la colección custodiada en el Museo de Bellas Artes de Bilbao contiene grabados de los que sólo se localizan otros ejemplares en el Museo Británico. Al mayor gusto burgués del periodo Edo, las imágenes representan estampas tradicionales niponas, hermosas recreaciones paisajísticas y también algunas parodias.

Tanto el alcalde como el embajador se refirieron a la exposición como preludio del Foro Hispano-Japonés que acogerá Málaga este año. El clima pide a gritos un ciclo de cine de Akira Kurosawa.

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