Kiko Veneno no prevé "ningún cambio sustancial" tras el Premio Nacional de Músicas Actuales, más allá de que el galardón, dotado con 30.000 euros, "va a dignificar su cuenta corriente". Así se pronunció ayer el músico nacido en Figueras pero sevillano de adopción, que llegará el próximo día 20 a la sala Custom de Sevilla (entradas a 16 euros, anticipadas, y a 21, en taquilla) dentro de su la gira conmemorativa del vigésimo aniversario de Échate un cantecito, con un repertorio que abarcará, en su primera parte, todas las canciones de ese disco, y acabará con una selección del resto de sus trabajos. "No podía faltar Sevilla en esta gira -dijo- porque aquí se gestó todo". No obstante, reconoció que un polígono industrial -en referencia al Calonge, donde está la sala Custom- no es su sitio preferido. "Me gustaría que [la música en directo] tuviera otro estatus. Pero no ha podido ser, y humildemente nos vamos a los polígonos, a los talleres. El arte se ha convertido en una lucha, y si la hay para conseguir un puesto de trabajo, para conseguir comida, cómo vamos a pensar que para el arte no hay que luchar", remató.