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Crítica de Música

Paz, alegría y ambición de inicio

bach accademia

Concierto de presentación. Bach Accademia. Director: Jorge Enrique García Ortega. Programa: 'Mit Fried und Freud' (obras de Lutero, Hellinck, Gesius, Zachow, Buxtehude, Mendelssohn, Rheinberger, Brahms y Bach). Lugar: Iglesia de San Alberto. Fecha: Domingo 3 de abril. Aforo: Lleno.

Dirigido por el contratenor Jorge Enrique García se presentó ayer tarde en los Filipenses un nuevo conjunto hecho con los mimbres habituales de los conjuntos sevillanos de música antigua desde hace años. Las experiencias corales de las últimas décadas han servido de formación y filtro para un grupo de cantantes que van encontrando acomodo en diversas formaciones. Esta vez fueron 24, con un pequeño soporte instrumental de siete músicos.

Para arrancar el ambicioso programa de presentación, un pequeño coral luterano (Mit Fried un Freud, esto es, Con paz y alegría, paráfrasis alemana del cántico de Simeón, obra de naturaleza fúnebre) sirvió en diferentes armonizaciones, incluidas las de Buxtehude y el propio Bach, para mostrar una pasta sonora sin apreciables fisuras, también sin apenas aristas.

Más exigente resultó el segundo bloque, sin instrumentos, con algunos problemas de afinación en Mendelssohn que se solucionaron en la intensidad del motete de Rheinberger, cantado en círculo, y en un Brahms de poderoso arranque, bien trabajados los matices dinámicos, y un apreciable equilibrio en los breves pasajes a seis voces, que resultaron cálidos y efusivos. Algunas irregularidades y desequilibrios en el final, con la aparición del coral de referencia, no empañaron una interpretación esforzada y correcta.

Tras una enérgica entrada del motete a doble coro Komm, Jesu, komm, la fuerza expresiva de la música de Bach se fue diluyendo por unos perfiles que perdieron nitidez, sobre todo, por las voces graves, lo que provocó una ostensible falta de profundidad. La cantata BWV 106 (conocida como Actus tragicus) tiene partes para solistas, que sonaron demasiado irregulares, aunque en general se apreció un esfuerzo por lograr un buen equilibrio de las partes, aun sacrificando el contenido retórico de la obra.

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