Cultura

Los amores sombríos

  • 'El amor brujo' de Ullate encuentra su parte más novedosa en la bajada a los infiernos de Candela

Una imagen del espectáculo que ha acogido el Maestranza este fin de semana.

Una imagen del espectáculo que ha acogido el Maestranza este fin de semana. / stephane martínez

El amor brujo que hemos podido disfrutar en el Teatro de la Maestranza los dos últimos días aglutina influencias muy diversas: se trata de una composición, en música y libreto, estrenada en 1915 por una bailaora y cupletista, Pastora Imperio, que ha tenido un largo desarrollo a lo largo de la historia del flamenco y del ballet flamenco: La Argentina, Escudero, Antonio Ruiz Soler o Gades, entre otros muchos, hicieron sus propias versiones. Esta obra, que en su estreno original no fue un ballet sino una pantomima con bailes, recitados y cantes, ha sido revisada por Víctor Ullate, un bailarín que nada tiene que ver con lo jondo. Para ello ha usado la primera partitura, que incluye recitados, en este caso para la voz de Carmen Linares, aunque la cantaora no estaba acreditada. Como tampoco lo estaban los autores de los personajes y de la historia, Gregorio Martínez Sierra y María Lejárraga. Ullate da una vuelta de tuerca a una historia de por sí compleja que, como decimos, no fue concebida como ballet y ciertamente incluso a los espectadores familiarizados con la obra nos costó seguir el hilo argumental. La parte más novedosa e interesante de la propuesta de Ullate es la bajada a los infiernos de Candela, donde se encuentra con su amante muerto, con una escenografía tétrica y la coreografía inspirada en los animales de la noche, los murciélagos, con música del grupo de ambient In Slaughter Natives. De hecho, la música original de Falla, para orquesta de cámara, se vio ampliada con composiciones de Luis Delgado, algunas de inspiración seudoflamenca, y una soleá clásica de Paco de Lucía bailada con una técnica portentosa: por supuesto que un bailarín puede interpretar cualquier música, incluso el crepitar del fuego, en otro de los momentos inspirados de la noche. Cristian Oliveri resultó muy efectivo como José en un papel que, dado el giro tenebroso que Ullate ha dado a su nueva versión, se ha convertido en la estrella de la función. La versión de Ullate resta protagonismo al personaje de Carmelo, magníficamente incorporado por Josué Ullate, y da más espacio al de la bruja que interpretó Leyre Castresana. Una inspirada Marlen Fuerte como Candela es otro de los sustentos de la obra. Ksenia Abbazova brilló también en su rol de Lucía, la amiga de Candela y finalmente la amante de ultratumba de José.

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