Cultura

La concienciación llega a los almuerzos navideños

  • Las semanas previas a la Navidad están abonadas a las comidas y cenas de empresa, sobre las que pesa la sombra de si coger el coche o no después de ellas

"Esta noche me apetece tomar una copa tranquila y por eso no cojo el coche", explicaba la doctora Rosario Pérez antes de acudir a cenar al restaurante Vidal con sus compañeros del hospital el pasado viernes. Como ella, miles de personas se reúnen en estas semanas previas a la Navidad para celebrar comidas o cenas de empresa, además de junto a amigos y compañeros de estudios.

Menús especiales para este tipo de almuerzos en los que hay que destacar la especial relevancia que cobran los efectos de las bebidas alcohólicas en los comensales, sobre todo a la hora de continuar con la fiesta o marcharse a casa utilizando el coche o la moto. Y es que las nuevas leyes que penalizan gravemente a los conductores ebrios parece que afectan también a la celebración de estas clásicas reuniones anuales.

"Se ha notado que la gente se atreve menos a coger el coche y se preocupa más de los puntos del carné", comenta Francisco Gordillo, el dueño del restaurante Mateto, que está situado en Bormujos. "Ha bajado la clientela y con respecto a las comidas de empresa aún más", añade el propietario de esta antigua bodega, que se ha visto perjudicado de alguna manera por el endurecimiento del código penal al igual que otros establecimientos hosteleros del Aljarafe y de los alrededores de la ciudad hispalense.

De este modo, la idea de evitar conducir después de este tipo de reuniones y tratar de regresar a casa por otros medios, como el transporte público, reina en el ambiente, por lo que los lugares escogidos para las comidas se eligen estratégicamente para que coincidan con el centro de trabajo o con el hogar de la mayoría de los comensales. Ejemplos como éste último hay muchos, como el que comentaba al principio del texto Rosario Pérez, cuyo lugar escogido para cenar, el restaurante Vidal, en la zona de la calle Felipe II, coge cerca a la mayor parte de los que se reúnen. "Los que viven lejos vienen con la intención de no beber para luego poder coger el coche", señalaba esta doctora que ve a la "gente concienciada".

Sea por no perder el carné, por no querer ir a la cárcel o, simplemente, por la propia seguridad y la de los demás, tanto el taxi como el autobús serán estos días la opción que muchas personas elegirán para regresar a casa, si bien la clásica opción de hacerlo andando no es la más popular. Es el caso de Belén Martínez, cuya comida de empresa se realiza en el Real Club de Golf de Sevilla, situado en la carretera de Utrera, por lo que tiene pocas opciones de llegar al centro de la capital sin un vehículo particular. "Espero que no beban mucho los que tienen que coger el coche, pero si no es así me cogeré un taxi", apunta esta encargada de ventas.

oferta hostelera

Una vez elegido el restaurante en una zona apropiada para la vuelta, hay que tratar de que ésta sea ambientada, por lo que tanto Nervión como Sevilla Este o el casco antiguo ofrecen variedad de posibilidades, sin olvidarse de otros lugares como la isla de la Cartuja. Cada vez más empresas se instalan en lo que hace 15 años ocupaba la Expo, por lo que este espacio también es usado para celebrar cenas en sus restaurantes. Uno de ellos, el Abuela Luna, ubicado en lo que fue el pabellón de Canadá, cuenta con más movimiento estos días al concentrarse trabajadores de distintas empresas para las comidas de Navidad. "El 90 por ciento de las cenas que tenemos son para gente que trabaja en la Cartuja", comenta José Manuel Gil López, encargado del bar, que como otros hosteleros cree que los días grandes para estas celebraciones son el próximo jueves 21 y el viernes 22.

No es la única ventaja que ofrecen los restaurantes de la isla, ya que el hecho de que no haya vecinos por la zona y las calles se encuentren tranquilas permite ciertas licencias de ruido, cante y baile que no están actualmente bien vistas en otros puntos de la ciudad. Así, Alejandro y sus compañeros de trabajo se permitían el pasado jueves dar gritos, cantar villancicos y hacerse fotos con plena libertad en pleno parque de la calle Leonardo da Vinci. "Como trabajamos cerca la reunión no ha sido muy lejos", señalaba uno de los integrantes de la reunión, en la que algunos parecían más contentos que otros y se mostraban aún despreocupados por el regreso a casa.

El problema contrario al de la Cartuja, con múltiples lugares para aparcar, ocurre en el centro de la ciudad, donde no hay aparcamiento y, por tanto, dejar el coche en casa es una idea doblemente acertada. Sin embargo, la oferta de establecimientos tanto para almorzar como para tomar una copa se amplía aquí, aunque en la Cartuja se encuentran Antique y Sublime. Pero más habitual estos días es ver poblados bares de copas tan populares como el Bestiario o el Moma, así como otros del barrio del Arenal, la Alameda o la Alfalfa, sin olvidarse de Triana.

¿Crisis económica?

Para comer, Sevilla cuenta con multitud de lugares, siendo los hoteles y restaurantes de más prestigio los elegidos por muchas empresas, las cuales no se preocupan demasiado por el bolsillo y sí por la calidad. Pero para los que tienen diversas comidas estas fiestas y la crisis financiera se produce cada mes, otros bares y restaurantes presentas ofertas distintas y sugerentes apropiadas para las navidades.

Como ejemplo está el Merchant's, en la calle Canalejas, donde los menús se amoldan al tipo de consumidor, empezando por los cinco euros del buffet. "Hay algunas reuniones que quieren beber y sólo comen jamón, queso y poco más, y otras que se preocupan más de la comida, con menús más modernos y elaborados", explica Ulrika Repo, encargada de organizar las fiestas en el Merchant's, que reconocía que muchas de las cenas estos días son de trabajadores de la zona, aunque también de grandes empresas, por lo que las últimas semanas "no paran de llamar".

Entre los resturantes de categoría también se multiplican las reservas, como en Robles, cuyo dueño, Juan Robles, presidente además de la Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia, señala que "no se nota que haya crisis". "La gente ya está mentalizada de que tiene varias comidas antes de Navidad", añade el propietario del restaurante, cuyos menús oscilan entre los 40 y los 60 euros, lo que no lo diferencia demasiado del resto de los menús que ofrecen otros lugares, cuyos precios es superior a los 30 euros.

Además del centro, durante estas Navidades se multiplica la actividad en Nervión, barrio con una amplia oferta de establecimientos hosteleros y nocturnos. Algunos, como el Sidharta, cuentan con restaurante y discoteca, por lo que las horas pueden pasar sin salir del edificio. "Después de comer se pueden quedar aquí a bailar, pero además es una zona bien comunicada con autobuses, taxis y el tren", destaca Cecilia Fe Blanco, encargada del Sidharta, bar al que le llueven las reservas, sobre todo estos días, y donde tampoco se nota crisis alguna.

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