Desde la intimidad de las peñas flamencas de Almería hasta las 5.000 personas que la noche del sábado convocó en el Auditorio Rocío Jurado. Esta es la meteórica ascensión de una cantaora reconvertida en cantante pop, un fenómeno tan antiguo como el flamenco y el pop. India Martínez presentó el sábado en Sevilla sus últimas canciones y algunos de los éxitos incluidos en los siete discos que ha registrado hasta la fecha. El público coreó con fuerza, y no sólo los estribillos, temas como 20 vidas o Gris, a pesar de que llevan apenas unos meses en el mercado, con las mismas ganas con las que recibió Solo tú o Vencer al amor.

Habían pasado 20 minutos del inicio cuando India Martínez se sentó al piano y encaró los acordes de 90 minutos, sin duda su tema más exitoso, que interpretó el sábado a dúo con su autora, Vanesa Martín. Otros invitados de campanillas fueron Arcángel, con el que cantó la Sevilla de Manuel Alejandro, es decir, de Rocío Jurado y, ya en el segundo bis, el argentino Abel Pintos con el que interpretó Corazón hambriento. La cantante hizo también sus pinitos a la guitarra en Gris en un espectáculo bastante estático, por otra parte, en su puesta en escena. La excepción fue Todo no es casualidad, también del disco reciente, en la que intervino una bailarina que hizo de sosias de Martínez.

El repertorio de esta cantante es ese pop lacio y enojado que es la seña de identidad de la música ligera juvenil actual, al que Martínez presta su poderío vocal, energía y los melismas jondos. En algún momento irrumpe un ritmo de tangos o rumbas o, incluso, en Me queda tu sombra, otro estreno de la noche, la bulería. Porque Martínez conserva en su elenco un cajón y una guitarra flamencos. Aunque lo más jondo de la noche quedó para el final, con sus versiones a capela de las coplas A tu vera y El emigrante.