Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Frankenstein pudo con Nosferatu

Visita de Santiago Abascal a Albacete

Visita de Santiago Abascal a Albacete / EFE

ESTA vez no se podrá acusar a Pedro Sánchez de haber engañado, convocó las elecciones de modo apresurado, en pleno verano, para impedir una mayoría de Gobierno de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, todos sabíamos que su única opción era armar un nuevo Frankenstein contra la coalición de PP con Vox. Y ello suponía contar con Bildu, con ERC y con Junts, además de con un Sumar que, eso sí, es mucho más moderado que Podemos. Se trataba de elegir entre Frankenstein y Nosferatu, y el conjunto español ha escogido al monstruo de Mary Sheley sobre el vampiro rumano.Alberto Núñez Feijóo no ha podido hacerse un Juanma Moreno –es decir, atraer a todo gran parte del voto progresista para impedir una coalición con Vox–, porque Feijóo no es Moreno. El presidente de la Junta, cuando logró la proeza de los 58 diputados, venía de ejercer cuatro años de un Gobierno moderado, estaba testado por los andaluces, mientras que Feijóo sí ha gobernado en Galicia, pero no para el conjunto de los votantes del 23 de julio, y lo que se proyecta desde Ira Flavia es muy confuso. ¿Realmente, es tan buen gestor como proclaman sus hagiógrafos?No ha sido posible averiguarlo en esta campaña, porque su única propuesta medular ha sido la derogación del sanchismo. Feijóo nunca elevó el vuelo en sus discursos, nunca miró al futuro, nunca habló de economía más allá del consabido bálsamo de los impuestos. No, no es cierto que en su cara a cara con Pedro Sánchez el opositor hiciese de presidente del Gobierno, simplemente estuvo mejor porque el contendiente fue más agresivo, pero no brilló. No sedujo.Pero esto no ha sido lo sustancial del 23 de julio, sino el nefasto papel que ha interpretado Santiago Abascal, un Nosferatu que asustó, a conciencia, a los ciudadanos de Cataluña cuando aseguró en un encuentro periodístico que la situación con esta comunidad sería aún más tensa que en 2017. Unido a su posición sobre la violencia de género, a la bochornosa actuación de la presidenta de las Cortes Valencianas ante el asesinato de una mujer, y su postura contraria a los derechos del colectivo LGTBI hicieron que catalanes y vascos no socialistas, bastante mujeres y muchas familias con hijos gays votasen al PSOE para impedir que Vox gobernase con el PP.Feijóo pudo haberse separado de Abascal en el debate a cuatro de Televisión Española, dejando clara su posición sobre la violencia de la mujer, el cambio climático y el colectivo LGTBI. Y no quiso, porque Feijóo, como les pasó a muchos, había sido engañados por el gurú de GAD3, convertido desde hace dos años en un actor electoral más, iba sobrado, volaba, para qué debatir.

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