Ridículo

Es increíble que una izquierda noqueada se esté recuperando a costa de las innumerables meteduras de pata de la derecha

Si al final Pedro Sánchez gana por los pelos las elecciones del 23J –cosa no del todo improbable vista la actitud hamletiana de Feijóo y el infantilismo con que está actuando Vox–, nadie podrá poner en duda que la derecha se ha disparado reiteradamente en los pies y hasta en la cabeza (y con las dos manos a la vez). Es increíble que una izquierda noqueada y que hace un mes prácticamente había arrojado la toalla se esté recuperando a costa de las innumerables meteduras de pata que ha protagonizado la derecha. Y en este sentido, los políticos de Vox se han puesto las botas. ¿No podrían haber elegido a unos dirigentes más moderados para los pactos con el PP? ¿No podrían haber usado un poco la cabeza, o la noble testuz del toro de Guisando, por usar una imagen que quizá les resulte más reconocible? ¿No podrían haber caído en la cuenta de que son el mejor argumento que tiene ahora mismo la izquierda chavista y la izquierda peronista y la izquierda teletubby para acudir en masa a votar? ¿Cómo es posible que sean tan ilusos? ¿Cómo es posible que enviaran a un personaje tan siniestro como Buxadé a negociar los pactos en Extremadura? ¿Es que no hay nadie que tenga dos dedos de frente en ese partido?

Si la izquierda a la izquierda de la izquierda ya nos dio un espectáculo incomparable con la fundación de Sumar (movimiento no nacional, sino plurinacional), ahora la derecha a la derecha de la derecha está dando otro espectáculo indescriptible con su delirante política de pactos. ¿Tenían que optar por los más ultras y más cerriles? ¿No había nadie más que pudieran haber presentado? Pues no, a la vista está que no. Y así, a lo tonto a lo tonto, le han servido la campaña en bandeja a Pedro Sánchez. Y ahora mismo, hasta un hombre tan inteligente que ni siquiera sabe que es chavista –me refiero, claro está, al gran Zapatero– se permite darnos lecciones de rectitud política por los platós televisivos. Hay que haber hecho un ridículo apoteósico para que Zapatero, ese pobre hombre que se ha convertido en el embajador “de facto” de la Venezuela chavista en Europa, nos esté dando ahora mismo lecciones de moral.

Pero así están las cosas. Y con 40ºC que marca ahora mismo el termómetro. Y con la pertinaz sequía del No-Do antiguo que parece haber llegado para quedarse. Abandonad toda esperanza quienes aquí entráis. Uséase, todos nosotros.

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