Enrique García Gordillo

francisco Correal

Un corazón y dos seductores

Hijo de la mina, vivió en fábricas hasta los 24 años. Flamante medalla de Andalucía, llegó a La Voz del Guadalquivir desde las aulas de Químicas.

DE Aponte a González Abreu. Del Bar Victoria, donde entonces trabajaba el bueno de Pinto, al bar Donalds en el que celebra su presencia Mariano. De La Voz del Guadalquivir a Radio Sevilla. El viaje equinoccial de Enrique García (Villanueva del Río y Minas, 1950), flamante medalla de Andalucía, ceremonia a la que invitó a los doctores José Pérez Bernal, Antonio Ordóñez y Enrique Lage, los artífices de que aquel niño de la mina amortizara sus expectativas con un corazón trasplantado. Un resistente. No en vano sus nietos, su gran afición, se llaman Marcos y Ana, las dos palabras del poeta que más años de cárcel pasó en España.

Enrique García es el periodista que más años ha pasado en una fábrica. "Estuve viviendo en fábricas hasta que me casé, con 24 años". Primero en Villanueva del Río y Minas, en el crepúsculo de aquellas minas del rey Salomón en las que su padre era jefe de laboratorio. "Tenía veinte mil habitantes, era un pueblo floreciente por las minas de carbón, que eran de Renfe. La empresa subvencionaba los colegios, no había analfabetismo. Las compañías que venían a Sevilla iban un día al Teatro-Cine del pueblo".

Llegó el declive y la siderurgia se fue a Sagunto para responder a las nuevas demandas de las máquinas diésel. El periodista cuyo destino cambia por dos de los hombres más seductores de este país, Iñaki Gabilondo y Rafael Escuredo, es hijo de un perito industrial químico, Santiago García, esposo de Dolores Gordillo, al que también se lo rifaban los que entendían de subsuelos.

Con diez años, Enrique llega a Sevilla, años divididos entre las fábricas de Cross en San Jerónimo y en San Juan de Aznalfarache. Nada de extraño tiene que el niño de la mina se matriculara en Químicas, una decisión que cambiaría su vida. "Fui delegado de las cuatro facultades de Ciencias. La Voz del Guadalquivir tenía un programa universitario, Universidad 20 que dirigía Luis Baquero y presentaba Joaquín Durán. Un día Joaquín se resfrió y lo sustituí yo. Después se fue a Radio Sevilla y me hice cargo del programa". Dejó Químicas en cuarto. En 1973, Iñaki Gabilondo lo llama a Radio Sevilla. "Viví el cambio de una radio de entretenimiento en una radio de contenidos. Tuvo que ser un vasco el que canalizara mis convicciones personales". El ánimo reivindicativo del estudiante que se enamoró de una sevillana de la calle Pascual de Gayangos, de la familia de los Pichardo.

Ana María Díaz Alarcón es la madre de sus hijos Alejandro, enfermero y fisioterapeuta, y Enrique, músico. Como un guiño a la nueva vocación de su padre, el primero nace en 1977, el año de las elecciones constituyentes. Els segundo, en 1979, año de las primeras elecciones legislativas. El mismo año que Enrique García ficha como jefe de prensa del presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, que tantos años después lo sigue considerando como "el hermano que no tuve".

No sólo de política vivía este hombre. Debutó en deportes haciendo vestuario en un Sevilla-Rayo Vallecano. Hizo un nocturno musical, Entre amigos, en el que todas las noches, a la una de la madrugada, saludaba a la audiencia de Radio Reus. Y hasta una conexión taurina cuando José Mari Manzanares padre se encerró con seis toros. Pero la política le marcó. "Hice el informativo regional en 1976. Fui el único periodista que viajaba con Plácido. Iba en el coche con Lola Cintado, su jefa de prensa, las humillaciones que le hacían gobernadores, alcaldes y diputaciones".

Como era la zona a la que daban las Facultades de Ciencias, su lugar de paseo favorito sigue siendo el parque de María Luisa. Allí está su primer destino de niño juntero, el Pabellón Real, la primera sede del Gobierno autonómico de Escuredo en la que se sumó a la huelga de hambre de su jefe y amigo. "¿Escudero de Escuredo? ¿Por qué no?". Después pasaron al palacio de Monsalves.

El minero que sólo abandonó la fábrica para casarse un día de julio de 1975 dimitió con Escuredo cuando éste tiró la toalla. Se fue a Málaga "como último jefe de programas" y participó en otros proyectos del abogado de Estepa: Frontera 2000 o Aljabibe, de andaluces afincados en Madrid.

Vuelve a Aponte, a la entrada de la radio donde coincidió con Paco Sánchez, Miguel Acal o Pilar del Río, que llegó un poco después. Por Trajano se entraba al diario Pueblo que en Sevilla dirigía Benítez Salvatierra, el padre de Nina. El chico Escuredo coincidió en el teatro de la Maestranza con el chico Almodóvar. "Antonio Banderas se interesó por mi trasplante. Está muy comprometido con las donaciones. Dice que bajo el tramo de su cofradía no se mete nadie que no sea donante". Planificó el viaje de Escuredo por las comarcas deprimidas. Su amigo del "comando autónomo" que completaban Anarte, el chófer, y José Luis Hernández.

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