error administrativo Los trámites de las pensiones

"Me han dado por muerto y no puedo cobrar la pensión"

  • Un vecino de Montellano denuncia los retrasos en el pago después de que le hayan dado por fallecido al tramitar el traslado de su prestación desde Castellón

La pesadilla de Ángel Gallardo Romero, se inició hace dos meses, cuando fue a cobrar su pensión y en el banco le dijeron que no podían pagarle porque "figuraba como fallecido". La única relación que Ángel Gallardo, de 60 años, tiene con la muerte es que vive en la calle de las Ánimas de Montellano, pero por lo demás está muy vivo, como acreditan las dos "declaraciones de vivencia" que se ha visto obligado a pedir al Instituto Nacional de la Seguridad Social para que en el banco le abonaran, con cierto retraso, los 640 euros que percibe desde 2005 tras declararse su situación de incapacidad laboral, después de haber trabajado 30 años como empleado de mantenimiento de la AP-7, en Castellón.

Desde la oficina de la Seguridad Social de Morón de la Frontera, a donde el pensionista acudió a reclamar, admiten que se ha producido un "error" porque cuando solicitó el traslado de la prestación desde Castellón se le "dio de baja" a la misma, pero rechazan que el impago tenga que ver con que se haya dado a Ángel Gallardo por fallecido. La Administración reconoce que ha expedido varias "declaraciones de vivencia" a favor del vecino de Montellano, pero considera que el asunto está solucionado.

Desde su casa de Montellano, Ángel Gallardo insiste en que hace dos meses, cuando tuvo el primer problema, le dijeron en el banco que no podían pagarle porque figuraba como fallecido y le indicaron además que tenía que devolver 1.200 euros que había percibido de manera indebida. "Me dijeron que estaba fallecido desde el 2 de julio pasado y que había fallecido en Castellón por una muerte violenta, que me habían matado", explicó Ángel, que asegura que la confusión se produce porque hay otra persona, en este caso una mujer, cuyo número de DNI coincide con el suyo salvo por la letra final. "Cómo voy a estar muerto y de muerte violenta si yo no me peleo con nadie desde el colegio. Si tuviera siete vidas como los gatos, ya me habrían quitado dos", bromeó.

Los retrasos en el pago han ocurrido en los últimos dos meses y han llevado a Ángel Gallardo a una situación asfixiante, en la que vecinos y familiares le han tenido que prestar dinero incluso para desplazarse hasta Castellón, donde tenía que acudir a unas pruebas médicas. También le genera un coste cada vez que tiene que ir a la oficina de la Seguridad Social de Morón a reclamar. "Estoy que no puedo dormir y tengo un trauma encima porque me dicen que he fallecido por una muerte violenta. Y yo les he dicho que cómo pueden verme muerto si estoy vivo, que me demuestren dónde me han enterrado o un certificado de defunción", afirma Ángel Gallardo, que al final logró cobrar a principios de mes la mitad de su paga y el pasado día 14 otros 600 euros, pero aún deben abonarle otros 300 de la extra.

Ángel Gallardo tiene cuatro hijos y se trasladó desde Castellón a Montellano para vivir en la casa de sus padres, tras haberse divorciado de su segunda mujer, quien al enterarse de lo que le estaba ocurriendo bromeó al decirle que ella "iba a reclamar la pensión de viudedad".

En la calle de las Ánimas de Montellano, una localidad de la Sierra Sur ubicada a unos 60 kilómetros de la capital, Ángel tiene muchos amigos. Uno de ellos es Carlos, que regenta una tienda frente a su domicilio y que fue la persona que le prestó hace unas semanas el dinero para ir a Castellón. "¡A ver si muero y no vas a cobrar!", le espetó Ángel a Carlos al término de la entrevista con este periódico. Su amigo le respondió, bromeando igualmente: "Entonces se lo reclamaré a la Seguridad Social. Le dejé el dinero porque sabía que lo iba a cobrar".

Pero, a pesar de las bromas con los amigos, Ángel Gallardo se enfrenta a un sinvivir cada vez que se aproxima el final de mes y llega el día de la paga. Lo que para la mayoría de los pensionistas y asalariados es un día de alegría, en el caso de este vecino se torna en una gran incertidumbre que no tiene respuesta hasta que acude el banco para descubrir si esta vez cobrará o tendrá que iniciar su peregrinaje con la Administración para demostrar que está muy vivo.

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