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Pedro jordano. investigador del CSIC y Premio rey jaime I de conservación del medio ambiente

"Es absurdo hacer almacenes de gas junto a Doñana, ¿haríamos igual con El Prado?

  • Es uno de los ecólogos más citados en el mundo en su especialidad, la biodiversidad.

  • Miembro de la Estación Biológica de Doñana, trabaja también en la selva atlántica brasileña.

Pedro Jordano, durante un momento de la entrevista.

Pedro Jordano, durante un momento de la entrevista. / fotoS: Víctor rodríguez

Pedro Jordano (Córdoba, 1957) pertenece a una especie muy común en nuestra tierra: la de los hombres de mérito completamente desconocidos para el gran público. Son los que están trabajando mientras otros salen en los periódicos. Cordobés de nación y ciudadano de Triana en la actualidad, llegó a Sevilla para hacer su tesis doctoral en la Hispalense. Actualmente es profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas con despacho en la Estación Biológica de Doñana. También trabaja y enseña en Brasil, en cuya selva atlántica es un especialista. Su campo de investigación, como él mismo define, es "el estudio de la diversidad biológica desde una perspectiva ecológica y evolutiva: cómo las interacciones ecológicas entre especies determinan el funcionamiento y persistencia de los ecosistemas". Sus trabajos están entre los más citados en su especialidad. En 2014 recibió el prestigioso Premio Rey Jaime I de Conservación del Medio Ambiente y también recibió, en 2008, el Mercer Award de la Ecological Society of America en 2008 por un trabajo publicado en la revista 'Science'. Como buen sabio es un hombre afable y sencillo y cree que una de las asignaturas pendientes de la ciencia española es la divulgación.

-Usted es un experto en biodiversidad, uno de los mantras del discurso contemporáneo. ¿Por qué es tan importante?

-En sentido amplio, la biodiversidad trata de la amplitud de formas de vida que existen en el planeta: todas las especies de animales, plantas, microorganismos… A mí no me interesan tanto las especies en sí cómo la interacción entre ellas; las relaciones ecológicas entre las especies, ya que no hay ninguna sobre la tierra que no tenga algún tipo de relación con otra. Esas relaciones son el armazón de la biodiversidad.

-Por tanto, las especies coevolucionan…

-Sí, estas interacciones entre las especies influyen en sus trayectorias evolutivas. Actualmente, el hombre puede ser testigo de dos grandes espectáculos: el cosmos y la diversidad de la vida. Esas dos maravillas representan más del noventa por ciento de las fronteras del conocimiento.

-¿La vida surgió por azar o es un imperativo del universo?

-¿Ay, si yo pudiese contestar a esa pregunta! Como científico estoy abierto a todas las explicaciones que podamos someter a prueba y contrastar. Lo cierto es que una vez que se dan las condiciones para la vida, el proceso evolutivo es una consecuencia. Es como cuando los matemáticos plantean: "Dado A, B y C, necesariamente se produce D". La vida sería el resultado de unos aspectos que preexisten. Ahora bien, ¿cómo se origina esa combinación de aspectos?

-¿Por qué se teme tanto a la pérdida de biodiversidad?

-Porque la biodiversidad es el armazón de los ecosistemas, de los cuales obtenemos un servicio directo. Por ejemplo, gran parte de los orígenes de los principios activos que se usan en la medicina vienen de la biodiversidad. Lo mismo pasa con la alimentación. Formamos parte de la biodiversidad, un patrimonio natural sin el cual no podríamos existir. Por tanto, es importante conservarla.

-Pero en la historia natural del planeta han existido muchos periodos con grandes pérdidas de biodiversidad, las llamadas extinciones masivas.

-Fundamentalmente se han producido cinco extinciones masivas. Hablamos de extinción masiva cuando se dan tres factores: afecta a un porcentaje importante de las especies; se da en grandes áreas de la superficie terrestre; y ocurre en un periodo de tiempo geológicamente corto.

-Algunos dicen que actualmente estamos ante una nueva extinción masiva.

-Sí, muchos creen que nos encontramos en un episodio de una sexta gran extinción, que es lo que denominamos el Antropoceno. Estamos viendo unas tasas de extinción similares a las de las extinciones masivas del pasado. Las peculiaridades ahora son dos: este proceso está ocurriendo en un plazo de tiempo mucho más corto que en las anteriores extinciones masivas y las causas son directamente humanas. Es decir, que no se debe a causas extraterrestres -como fue la extinción del Cretácico, motivada por el impacto de un meteorito- ni a causas endógenas como una actividad volcánica muy intensa.

-¿El hombre es un parásito que le ha salido a la tierra?

-Es peor, porque los parásitos suelen hacer un daño parcial -es muy raro que mate a su hospedador-, pero los humanos estamos yendo más allá y podemos acabar con la tierra.

-¿Y es posible dar un paso atrás?

-Al respecto, hay gente optimista y pesimista. Lo cierto es que hay cosas que se pueden corregir, como la emisión de gases de efecto invernadero. El problema es que no exista voluntad política y unos consensos a escala mundial para actuar. El Antropoceno es un problema de escala planetaria y, por tanto, requiere una solución planetaria. Ese es el gran reto.

-Las especies desaparecen, pero ¿aparecerán otras nuevas?

-Sí, claro. De hecho, se están extinguiendo especies que no hemos conocido. Ahora mismo, nuestra tasa de descubrimiento de nuevas especies es de 18.000 por año. ¿Qué es lo que pasa? Que la tasa de extinciones que estamos documentando en ecosistemas naturales es muy superior a esa cifra. Siempre aparecen nuevas especies, porque el ambiente es cambiante.

-¿Podemos decir que han surgido especies nuevas como producto de la Revolución Industrial?

-Debido a la Revolución Industrial hay especies que han cambiado patrones de coloración y otras que han disminuido de tamaño por causa de la presión del hombre. Esto se ve muy claramente en algunas especies de peces muy castigados por la pesca extractiva, que se han hecho cada vez más pequeños para huir de las redes.

-Es decir, que la biodiversidad ya se está poniendo las pilas para sobrevivir al hombre.

-Sí, pero hay muchas especies que no van a poder evolucionar tan rápido como para responder al cambio climático. Por ejemplo, lo vemos muy claro en especies de mariposas de hábitat alpino, que se están perdiendo por el incremento de las temperaturas. Estas mariposas no tienen capacidad de vuelo para migrar a otras montañas…

-Y el hombre, ¿sobrevivirá?

-Es difícil de prever. Lo que sí está claro que así no podemos continuar. Tenemos que cambiar de actitud. El panel intergubernamental del cambio climático ha hecho un buen diagnóstico. Los problemas están identificados de forma muy precisa. Si actuamos como hay que actuar todavía tenemos la posibilidad de revertir la situación.

-La vida, a veces, puede ser terrible. Esa necesidad de devorar a los otros para poder sobrevivir…

-Usted se refiere al antagonismo… Pero si observa la naturaleza detenidamente se dará cuenta de que sólo una parte de las relaciones entre las especies son antagónicas. Muchas son de beneficio mutuo. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la polinización de las flores o la dispersión de las semillas.

-Usted ha realizado importantes investigaciones sobre las interacciones ecológicas entre seres vivos relacionadas con la polinización.

-Sí, el mutualismo entre plantas y animales. De esto depende la dinámica forestal. Por ejemplo, en el matorral mediterráneo del área de Doñana, más del 50% de las especies de árboles y matorrales dependen de los animales para la polinización de las flores y para diseminar las semillas, lo que es fundamental en el ciclo de regeneración. En la selva atlántica de Brasil, donde yo también suelo trabajar, estas interacciones afectan a casi el 90% de las especies. Es decir, que si desaparecen estas interacciones, el bosque colapsa.

-Ahora mismo se está observando con gran preocupación por parte de la comunidad científica la alarmante disminución del número de abejas en el mundo, lo que dificulta la polinización de muchas especies. ¿Qué está pasando?

-Hay múltiples causas, pero la principal es el uso abusivo de los pesticidas, que se van acumulando en las plantas. Esto, además, provoca que los organismos estén debilitados y sean más vulnerables a una serie de patógenos y parásitos.

-¿Es muy grave el problema?

-Sí, porque afecta a la polinización de muchas plantas que son cultivadas por el hombre.

-Estamos hablando de polinización, pero también la interacción entre animales y plantas es importante en el traslado de las semillas.

-Claro. Piense, por ejemplo, en animales frutívoros, como el tucán en la selva tropical. Este ave come un determinado fruto y luego puede regurgitar o defecar la semilla en condiciones adecuadas para la germinación. Son los sembradores naturales del bosque. El bosque necesita de esas interacciones para poder mantenerse. Hemos registrado movimientos de semillas que llegan hasta 20 kilómetros, algo importante en un escenario de cambio climático en el que una determinada planta tuviese que colonizar nuevas áreas geográficas para poder sobrevivir.

-Bueno, 20 kilómetros tampoco son demasiados para escapar.

-No, pero la suma de varios saltos produce un gran salto. También conocemos traslados de semillas a grandes distancias vinculadas a las migraciones de algunas aves, pero son más infrecuentes.

-¿Cuál es el animal que mejor colabora con el hombre?

-Muchos, dependiendo de qué tipo de colaboración hablamos. Si es energética, serán las plantas de cultivo; si es afectiva, los grandes mamíferos, como los perros o los caballos; si se refiere a la salud, los microorganismos, todo ese microbioma que vive en nuestros intestinos y que nos hacen sentir bien… Eso nos da la medida del alcance de la biodiversidad.

-Hablemos un poco de Doñana. Ahora mismo hay un conflicto importante por la construcción en el entorno del Parque de una serie de depósitos de Gas Natural Fenosa.

-Ese es uno de los problemas, pero ojalá fuera el único. Es absurdo construir un almacén de gas en las inmediaciones de un espacio que es patrimonio de la humanidad. ¿Se nos ocurriría hacer un almacén de gas en El Prado?

-¿Doñana está amenazada?

-Sí, Doñana ha estado gravemente amenazada durante toda su historia, algo que tiene que ver con su amplia extensión y con su complejidad ecológica. Como todos los ecosistemas de estuario, Doñana es muy sensible y debemos de tener cuidado, porque se están dando situaciones que nos aproximan mucho al punto de colapso a partir del cual ya no hay retorno posible, como también está ocurriendo en las Tablas de Daimiel o en el Mar Menor.

-¿Cuáles son los principales problemas de Doñana?

-El primero es el del agua. Hay más de 1.700 puntos ilegales de extracción de agua. El segundo son las áreas de cultivo ilegales que están usando fertilizantes y pesticidas que están ya contaminando la superficie del freático, según los últimos estudios de la Universidad de Huelva. El tercero es la dinámica del río…

-El Gobierno ya le ha dicho a la Unesco que no acometerá el dragado en profundidad del Guadalquivir…

-Sí, ahora lo que hace falta es que eso se traduzca en una serie de iniciativas administrativas que aseguren el estatus de conversación del río y de su rivera.

-¿Qué más problemas tiene Doñana?

-El exceso de la actividad minera, la llegada de especies exóticas…

-Algunos se mofan de los esfuerzos para conservar el lince. Hay mucha sorna al respecto.

-La mofa por la conservación del lince está motivada por la ignorancia. Si conseguimos conservar el lince significará que hemos logrado traspasar a las generaciones futuras ecosistemas en toda su funcionalidad. Hay que tener en cuenta que esos ecosistemas son la fuente de la que nos nutrimos para alimentos, sanidad, bienestar físico y psicológico… Son muchas cosas.

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