La hermandad de la Hiniesta celebró este sábado su tradicional vía crucis con el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, obra del escultor Antonio Castillo Lastrucci en 1938. Unas andas revestidas de terciopelo oscuro servían como soporte, siendo el crucificado llevado a hombros por hermanos de la cofradía de San Julián, a las órdenes de la familia Ariza.

Multitud de fieles quisieron acompañarlo rezando de las catorce estaciones del vía crucis, que se desarrolló por lugares emblemáticos de su feligresía. Se visitaron los conventos de Santa Paula, Siervas de María, Santa Isabel, Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, Iglesia de San Marcos, y convento de San Cayetano, en ese orden. Noche de agradables temperaturas, propia de una cuaresma o primavera adelantada.

Silencio y oración. Oscuridad en los callejones de la Hiniesta, rota por la llama de los cirios color tiniebla portados por medio centenar de hermanos, precedidos por la cruz de guía flanqueada por dos faroles. Las potencias de oro del crucificado centelleaban con el movimiento de las andas. 

El Santísimo Cristo de la Buena Muerte permanecerá en besapiés este domingo, en horario de las 10.30 a 14.30 y de 17.00 a 22.00, interrumpido por la solemne función de las 12.00.