Ahe Liu, Ana como la conocen en el Centro de Adultos América, es la prueba viviente que desmiente el tópico manido de que todos los chinos son iguales. A diferencia de la mayoría de los miembros de la comunidad china residente en Sevilla, ella llegó hace 16 años por agrupación familiar, ya que su marido era músico (viola) de la Orquesta Sinfónica de Sevilla. Y, cosa tampoco muy frecuente, habla muy bien el español. "Y eso que nuestra lengua, asegura, les resulta muy difícil y se convierte en el mayor obstáculo para la integración de los chinos en España. Es cierto que parecemos un poco cerrados, pero es problema de comunicación. También depende de la comunidad de acogida: en Estados Unidos, donde conviven distintas razas desde hace mucho, hay más integración". La comunidad china es cada vez más numerosa y pujante, pero al mismo tiempo una gran desconocida y sometida a todo tipo de prejuicios. "Sólo sale lo malo en los periódicos. Pero son personas trabajadoras, causan pocos problemas y nunca protestan. Aguantan mucho". Desde hace doce años enseña en el Centro América a los alumnos del Colegio de Cultura China (liuahe@yahoo.com.cn), una asociación que promociona la cultura de su país. Primero enseñaba chino a los niños y jóvenes inmigrantes de segunda generación. "Como en China hay 26 lenguas y muchos dialectos, tenía que utilizar el español". Ahora enseña castellano a 112 jóvenes chinos, "que han llegado hace poco, trabajadores que buscan una vida mejor".