La Policía Local de Sevilla ha identificado al agresor de una prostituta la madrugada del pasado día 4 de diciembre en la calle Piel de Toro, en el entorno de Su Eminencia, agresión que fue grababa por un vecino de la zona. 

El Ayuntamiento hispalense ha indicado en una nota que, tras el visionado de la citada grabación y la comprobación de que no había entrado requerimiento alguno de esa noche alertando de los hechos, la Policía Local inició una investigación que ha dado como resultado la identificación de un joven de nacionalidad marroquí, M.A.B. y de 29 años, residente en la capital hispalense, como presunto autor de la agresión a M.A.V.S., de 22 años.

En concreto, se realizaron una serie de gestiones por el entorno de Su Eminencia hasta identificar al vehículo conducido por dicho individuo, propiedad de la mujer de éste, y cuya localización permitió a los agentes comprobar que presentaba una fractura en un cristal, donde debió impactar la piedra que se observa en el vídeo que le lanza la víctima.

Así las cosas, se tomó declaración a M.A.B., quien asegura que se paró a buscar a unos amigos en la calle Piel de Toro y que la prostituta se metió en su coche, por lo que tuvo que "sacarla a la fuerza", escena que no queda recogida de esta manera en el vídeo grabado por un testigo de los hechos.

Por su parte, la víctima, que también fue localizada por agentes de la Policía Local, ha declarado que no presentó denuncia "por miedo a represalias", pero ha admitido que la agresión se produjo tras una discusión porque el cliente le reclamaba la devolución de parte del dinero cobrado por su servicio.

Antes tales circunstancias y la negativa de la víctima a presentar una denuncia contra su presunto agresor, la Policía Local ha instruido el correspondiente atestado policial, que ha sido remitido a las autoridades judiciales.

Por otro lado, la Policía Local ha denunciado también administrativamente a M.A.B. como cliente de prostitución callejera en virtud de la Ordenanza municipal para luchar contra la prostitución y la trata con fines de explotación sexual, que prevé multas de entre 700 y 3.000 euros.