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Abandono de las zonas portuarias en desuso

Saqueo en la antigua esclusa

  • Chapas de hierro, vallado, cables, puertas y ventanas han 'volado' de esta instalación portuaria sexagenaria por falta de vigilancia hace más de un año.

Tornillo a tornillo, las piezas de la antigua esclusa de Sevilla y sus construcciones anexas, con más de 60 años de antigüedad, están siendo robadas para su venta en chatarrerías desde que la instalación quedó sin uso hace poco más de un año por la entrada en funcionamiento de la nueva esclusa, que duplica en dimensiones a la anterior.

La falta de vigilancia de esta instalación portuaria ha favorecido los robos incluso por parte de personas que vienen con camiones, denuncia el comité de empresa del Puerto de Sevilla, que reclama una vigilancia a conciencia de este espacio que acabe con el expolio. La zona es hoy por hoy accesible a cualquier persona que venga en su vehículo. El pasado jueves dos mujeres con escasos recursos en un destartalado coche rojo esperaban a que el novio de una de ellas recogiera material para venderlo y sacar dinero rápido. El hierro y el cobre alcanzan precios muy ventajosos en el mercado.

Como si de un queso gruyere se tratara, han desaparecido todas las chapas de hierro que protegían los engranajes y mecanismos colocados a varios metros de profundidad que abrían y cerraban la esclusa, según constató este periódico el jueves. Sin protección alguna, estos huecos abiertos suponen un serio peligro de accidente en esta zona hasta ahora de libre paso. Han robado la puerta metálica que cerraba el acceso a la esclusa propiamente, así como gran parte de las vallas que cercaban el recinto. También están desapareciendo las tapas de acero más accesibles de las compuertas de color azulado.

Las puertas y ventanas de las casetas de mando han sido arrancadas, al igual que los cables subterráneos que alimentaban la instalación. El lugar parece haber sufrido los estragos de un bombardeo.

El expolio es aún mayor en las construcciones anexas a la esclusa que también están sin uso: la casa del capitán, el rancho de los trabajadores y la escuela taller. En la casa del capitán, el destrozo ha sido salvaje: las ventanas rojas y blancas han sido arrancadas y se apilan en el hueco de la escalera, ha desaparecido la barandilla de hierro de la escalera, los suelos de las estancias están repletos de kilos de papeles administrativos de la esclusa y basura en general, la paredes y techos están destrozados. Las instalaciones deportivas de la esclusa han sufrido los robos: las puertas metálicas que cerraban el lugar han desaparecido tras haber sido cortadas con una radial.

Respuesta del Puerto

La Autoridad Portuaria de Sevilla, propietaria de la antigua esclusa y sus edificios anejos, conoce los robos que se vienen produciendo. Ha recibido constantes avisos del material que se están llevando a través de los partes de incidencias redactados por su Policía Portuaria pero hasta ahora no ha aplicado medidas tajantes para cortar el saqueo, pese a tratarse de un patrimonio público.

En declaraciones a este periódico, fuentes de la dirección del Puerto de Sevilla explicaron que se han denunciado los robos a la Policía, que se está instalando una casetilla de control en la carretera de la esclusa para vigilar los vehículos que acceden a la antigua esclusa y que no se ha aumentado la vigilancia en la zona porque no pueden tener una persona en este sitio las 24 horas. El Puerto insiste en que se trata de una instalación en desuso.

La caseta nueva a la que se refiere el Puerto se ha traído de las que se usaron para las obras de la nueva esclusa. Todavía conserva las pegatinas de las constructoras adjudicatarias. Se ha situado frente a la empresa Yale, pero esta semana le habían robado las puertas, las ventanas y hasta el aire acondicionado. La voracidad de los ladrones no tiene límite. Este periódico intentó sin éxito recabar detalles de la Policía Nacional sobre estos robos que el Puerto dice haber denunciado.

El comité de empresa lleva dos semanas encerrado en las oficinas de la dirección en protesta por la falta de vigilancia que sufren las instalaciones portuarias debido a la escasez de personal en la plantilla de la Policía Portuaria. Los representantes sindicales critican que la dirección del Puerto sevillano incumpla el deber que le encomienda Puertos del Estado de mantener con seguridad y vigilancia sus dominios. El comité apela, además, al valor histórico de la antigua esclusa y rechaza que se abandone sin más.

La antigua esclusa empezó a construirse en 1929 y se recepcionó en 1951.

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