El filósofo griego Sócrates usaba el diálogo con sus alumnos para la resolución de problemas que le planteaban, usando certeras preguntas cuya lógica iluminaba el entendimiento del alumno, pues él mismo percibía la solución. Tras la estela de esto, que se conoce como mayéutica, continúa en el siglo XXI una disciplina con menos de 20 años de vida: el coaching. Esta metodología usa distintas herramientas para realizar los objetivos que se marca cada persona, por ejemplo, perder peso o cambiar de trabajo. "El coaching cogió lo mejor de distintos saberes como la psicología, la gestión de recursos humanos, la inteligencia emocional o la Gestalt", explica. En el coaching no hay pacientes, no se trata de una terapia pues el coach, el entrenador que apoya, trabaja sólo con la parte consciente de la mente. "Escuchamos y planteamos distintos caminos al cliente para que logre su meta, que debe ser realista, pero es él quien elige". "El coach busca la motivación, el para qué de las cosas. Una vez que el cliente sabe lo que quiere puede superar el miedo, cambiar y conseguirlo". José Luis Fuentes ha hecho del coaching personal su forma de vida. "El coaching me encontró a mí, no yo a él". Entre sus próximos proyectos consta impartir talleres formativos en la Universidad de Sevilla y Bogotá. Colabora en medios digitales y compartirá métodos con coachs argentinos. Más información en www.emocionesparaelcoaching.com.