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"Sevilla no tiene ni modelo cultural ni modelo turístico"

  • Dieciocho años lleva en Sevilla aportando su espíritu innovador y metódico a la industria cultural y de ocio. Patenta a nivel mundial un modelo de atención al turista chino en hoteles, restaurantes, museos y otros servicios, y aglutina a empresas sevillanas para multiplicar la captación de visitantes de la superpotencia asiática

EL pasado jueves, ochenta personas de empresas sevillanas del sector turístico y/o cultural acudieron a su convocatoria para explicarles en qué consiste el sistema Chinese Friendly y cómo incorporarse a su desarrollo para que Sevilla se dé prisa en ser la primera ciudad española con ese marchamo a ojos de la nación más poblada del planeta. Ha patentado a nivel mundial un método de prestación de servicios turísticos a clientes chinos, que no consiste solamente en traducir textos y audios como ya se ha hecho en el Museo del Baile Flamenco que él dirige. Incluye cursos que han comenzado a impartirse en Sevilla, mediante acuerdos con el Chinese Outbound Tourism Research Institute, con sedes en Pekín y en Haide (Alemania), y pretende extender al mercado español al haber firmado un convenio con Consultur, firma especializada en la formación turística.

Es una de las iniciativas que lleva en paralelo Kurt Grötsch, que ha escrito el Gloociosario, dícese de un glosario internacional para la gestión creativa del ocio, la cultura y el turismo. Nacido en Nuremberg hace 57 años, lleva 18 viviendo en Sevilla. Casado con Tina Panadero, sobrina de Cristina Hoyos, tienen dos hijos y residen en Tomares. La conoció en 1989 cuando dirigía en Madrid una academia de idiomas adscrita al Instituto Alemán. Él daba clases y ella era alumna.

En la familia de Grötsch, su abuelo fue fontanero, su padre ingeniero de soldadura, y su madre trabajaba en un centro comercial. Él tuvo desde joven interés por la lengua y la cultura española. Fue profesor de literatura hispánica en la Universidad de Erlangen, en Nuremberg. "Y me di cuenta que quería hacer más cosas, salí y empecé mi camino por el sector privado. Hice en Madrid máster en gestión de empresas. Primero comencé con el sector de los idiomas, e introduje en España la sugestopedia, como método neurolingüístico para ampliar la capacidad de aprendizaje de un idioma y perderle el miedo. Después amplié mis miras hacia el márketing, y la gestión cultural".

La primera vez que visitó Sevilla fue en 1975. "Después de estar viviendo en Madrid y Barcelona, descubrir Sevilla fue un choque. Era una ciudad muy provinciana, muy dejada y mal comunicada. Había más diferencias de nivel entre Madrid y Sevilla que entre Alemania y Madrid. ¡Cuánto le ha aportado el AVE a Sevilla! No sólo la velocidad de transporte de pasajeros, sino también el transporte rápido de inquietudes, ideas y proyectos".

-¿Cuál fue su primera actividad en Sevilla?

-En 1993, Manuel Prado y Colón de Carvajal aceptó incorporarme a Partecsa, la reutilización de parte de la Expo como Parque de los Descubrimientos. Ahí empecé a trabajar sobre la relación entre cultura y ocio y estuve hasta el lanzamiento de Isla Mágica. En 1996, me independicé y empecé a desarrollar en Alemania el concepto de gestión de las emociones, aplicado al ocio cultural,que en Sevilla llevamos a la práctica en el proyecto del Museo del Baile Flamenco.

-La próxima semana se reabre al fin con nuevos contenidos el Pabellón de la Navegación. ¿Qué opina de la reutilización de la Expo?

-El problema es que en 1992 no había un modelo posExpo. Se improvisó sobre la marcha lo de Partecsa, hacía falta más tiempo para reutilizar las macroinversiones del 92. Y hagamos otra pregunta: si la ciudad era capaz o no de asumir tanto legado. En ese momento, la falta de un modelo claro perjudicó porque se perdieron oportunidades. Lo que ha perdurado de la Expo es un intangible que he notado estos años: el cambio de mentalidad en una pequeña parte del sector empresarial, porque la construcción de la Expo y su entorno obligaba a unos niveles de calidad y de cumplimiento de fechas que han incorporado después a sus comportamientos. Por otro lado, el Pabellón de la Navegación es un espacio muy interesante para ampliar la oferta cultural y lúdica de Sevilla.

-El concepto museográfico de sensaciones y experiencias es el que entusiasmó a millones de españoles en la Expo'92. ¿Por qué nadie en Sevilla, antes de ustedes, fue por ese camino?

-Se diferencia del concepto de museo antiguo que sólo se basa en objetos. Nosotros hemos creado un museo en el que se capta de modo intuitivo la esencia del flamenco. Según los estudios que hemos hecho, le gusta al 98% de los visitantes. El 2% lo rechaza.

-¿En Sevilla hay un modelo de política cultural?

-La ciudad no se ha dotado de un modelo cultural. Hay ofertas y productos aislados que viven por sí solos pero no forman parte de un sistema , en el que sería más fácil la entrada de otras iniciativas. Por ejemplo, ahora se abre el Pabellón de la Navegación. Con su forma avanzada de presentar la cultura, ¿formará parte de alguna oferta global en la ciudad? Deseo para Sevilla un modelo de sinergias que al fin incluya tanto a la iniciativa privada como a la pública. Hoy nos sentimos un poco solos, deseamos una mayor integración. Cada museo va a su guiso, en función de la administración que lo gestione. Esa inercia la quisimos romper con la Noche Larga de los Museos, que pusimos en marcha Teresa Andrada, que era directora del Museo de Carruajes, y yo. Era, por un lado, cambiar los esquemas sobre lo que puede hacerse en un museo y, por otro lado, un ejemplo de cooperación, y de aportación gratuita por parte de los profesionales de la cultura y el espectáculo, ante el que se mostró reticente el gobierno de Monteseirín .

-¿Acaso es frecuente que los políticos digan de boquilla que quieren iniciativa privada, y cuando emerge ésta la procuran frenar porque no la controlan?

-Así suele ser, por desgracia. La reclaman pero se ponen celosos y no la favorecen finalmente. Así ocurrió con la Noche Larga de los Museos, que en su primera edición tuvo 15.000 asistentes, y en la segunda 25.000. Todo un éxito que no gustó a algunos porque no se podían poner la medalla ni hacerse la foto.

-¿Qué saben de Sevilla los chinos?

-No saben nada, ni apenas de España. Mucha culpa tienen los gobiernos españoles, han hecho muy poco para que este país sea conocido en China. Los catalanes son quienes más se han movido allí. De Sevilla, nos ha sorprendido que hay más recuerdo de la Expo'92 que del flamenco. Y eso que es un acontecimiento de hace 18 años, y de una época en la que no había internet, con China mucho más cerrada. Ellos identifican a España con una forma pasional de vivir. Ahora lo más conocido es la Liga de fútbol.

-¿Qué pasos van a dar con el Chinese Friendly?

-El lanzamiento de toda esta iniciativa se hará el 18 de enero en Madrid, durante Fitur (Feria Internacional del Turismo), y en China en abril. Contamos con la ventaja de que Cristina Hoyos fue nombrada por el Gobierno chino como embajadora de turismo de la ciudad de Pekín. Debemos tener incorporados en Sevilla cuando antes un suficiente número de hoteles, restaurantes, museos, etc., para hacerles ver que es una ciudad receptiva a sus necesidades. Tenemos ya un plan de acciones para estar en algunas ferias importantes de turismo para el mercado chino, sobre todo el de lujo, que allí está creciendo de modo impresionante.

-Difícil tiene Sevilla mejorar su nivel de servicios si persiste el pobre manejo de idiomas por muchas personas que atienden a turistas.

-Aún hay licenciados universitarios que salen de la facultad con un título pero no hablan bien inglés. Hay en Sevilla poca capacidad en comunicación intercultural. Desde los taxistas a los políticos.

-¿Quién es su socio en China?

-Entre otros, la empresa china de comunicación digital Dragon Trial. También le trabaja a Turismo de Canadá y a la cadena hotelera Meliá. Tengamos en cuenta que en redes sociales chinas hay 500 millones de usuarios de internet con un promedio de dos horas y media de permanencia diaria ante el ordenador. Estar posicionado en esas redes sociales muy importante. Estamos hablando de un país donde los jóvenes tienen un enorme ímpetu por hacer cosas y conocer mundo.

-Se repite hasta la saciedad que Sevilla tiene mucho potencial turístico pero no se desarrolla.

-Porque tampoco tiene un modelo turístico. Mi intención, con el Chinese Friendly, es colaborar en ese modelo de ciudad que falta, en el que la cultura y el turismo se entrecrucen y hallen puntos de encuentros. Hay que dejar de ser sólo una ciudad de monumentos y convertirnos en una ciudad de servicios avanzados.

-¿Qué haría con el enorme auditorio y centro cultural que ha construido la SGAE en la Cartuja y ahora no quiere?

-La Caixa se debería plantear convertirlo en el Caixaforum. Ya lo tiene construido y montado, falta gestionarlo y darle contenido.

-¿Los turistas que llegan a Sevilla demandan ir a espectáculos?

-Sevilla tiene el título de Ciudad de la Música pero no sabe poner en valor su patrimonio musical (flamenco, óperas,..), el visitante no lo percibe, ni ve que la ciudad vibre con la música. Qué diferencia con Viena, la evocación de valses y óperas es un motor que impulsa ir a verla.

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