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Sevilla, un monumento a la desidia

  • Diagnóstico. El arquitecto Fernando Mendoza traza en el Foro Al-Andalus un panorama desolador del patrimonio, con unas comisiones donde sobran funcionarios y faltan expertos

Fernando Mendoza, ayer, en el hotel Al-Andalus, donde participó en el Foro del mismo nombre.

Fernando Mendoza, ayer, en el hotel Al-Andalus, donde participó en el Foro del mismo nombre. / juan carlos vázquez

No dejó títere con cabeza. Fernando Mendoza presentó ayer un panorama desolador, preocupante del patrimonio tanto civil como religioso. En las comisiones autonómicas del Patrimonio "todos son funcionarios". En las comisiones locales del Patrimonio no hay un solo experto. Resultado: "Sevilla lleva cayéndose hace veinte años". En la ciudad con mayor densidad patrimonial de España, con 104 bienes de interés cultural -el más reciente, la casa natal de Luis Cernuda-, los conventos se caen ante la desidia y la indiferencia, joyas del Barroco (capilla de San José) y del Renacimiento (monasterio de San Jerónimo) se mantienen a duras penas. "No se pueden tener permanentemente vacíos los edificios porque se deterioran cien veces más rápido".

Denuncia paradojas como que el Alcázar no haya recuperado el caserío que le negó la República o que el Patio de los Naranjos de la Catedral sea un espacio objeto de privatización. El Foro Al-Andalus celebrado en el hotel del mismo nombre invitó a representantes de los cinco grupos municipales. Faltaron PSOE, el partido que gobierna, e Izquierda Unida. Sí estuvieron María del Mar Sánchez Estrella (PP), Susana Serrano (Participa Sevilla) y Javier Villán (Ciudadanos).

"Los edificios permanentemente vacíos se deterioran cien veces más rápido"

El arquitecto José García Tapial destacó la labor de los dos primeros alcaldes democráticos, Luis Uruñuela y Manuel del Valle -éste estaba presente en el acto- para salvar del derribo o la venta hitos del patrimonio como los Baños de la Reina Mora, que iban a ser objeto de una operación de venta por una cooperativa de militares, o el cuartel del Carmen, que ya había puesto a subasta pública el Ministerio de Defensa.

No entiende Mendoza que no haya dimitido "absolutamente nadie" después de que un auto suspendiera cautelarmente la intervención en las Atarazanas hasta que el juez decida sobre la legalidad de la licencia de obras concedida. El contrapunto de aquellos alcaldes cazafantasmas sería un Ayuntamiento que, en palabras del arquitecto, no ha hecho uso del 1% del presupuesto que otros municipios emplearon en la mejora de las catedrales o arreglos del camino de Santiago. "La Diputación es la única que hizo uso de ese 1% con San Luis de los Franceses". Entre el público estaba Joaquín Moeckel, testigo con el propio Mendoza de la casi milagrosa restauración de la iglesia del Salvador de la que se cumplen diez años, una obra hecha con el riñón de albañil que le trasplantaron al canónigo Juan Garrido Mesa. Hubo otras que quedaron pendientes "no se sabe si por falta de dinero o porque se murió Juan Garrido".

El Abierto por obras del Salvador contrasta con el Cerrado por obras de Santa Catalina, iglesia donde dice Mendoza que el arzobispo no deja entrar a ningún arquitecto ajeno al autor del proyecto. Una dejación que se extiende por toda la ciudad: San Agustín, a cuya rehabilitación renunciaron Cruz y Ortiz, el cine Cervantes, "donde hay gente que ha cogido chinches", o la fábrica de cañones de San Bernardo.

Sevilla tiene muchos monumentos, pero tiene que valorarlos. "Urge declarar patrimonio universal la zona que va del puente de Triana hasta la Torre del Oro". El icono geográfico de la ciudad que fue capital del mundo y que tiró la toalla en el mundo del capital. Mendoza y García Tapial criticaron que el Ayuntamiento haya elegido la Casa Fabiola para ubicar la colección Bellver, cuando ya estaba firmado con la anterior corporación el traslado de esos fondos al Pabellón Real.

Millán, Serrano y Sánchez Estrella se incorporaron al Foro desde el pleno municipal. La edil de Participa Sevilla dijo que el patrimonio "no son sólo piedras, es memoria", e hizo un retrato que evocaba la Sevilla de Murillo, la del esplendor artístico y la bancarrota económica. "Tenemos que atender a unos barrios desasistidos y un patrimonio tan rico". El ex alcalde Manuel del Valle reveló algunas de las fórmulas. "Pusimos en práctica una transversalidad entre las capas cultas", para referirse a la colaboración que un Ayuntamiento de izquierdas recibió durante su mandato del duque de Alba o el duque de Segorbe.

"La arquitectura ha sido la primera de las artes, aunque ahora sea de las últimas", admitió Fernando Mendoza, que confesó haber recibido amenazas por criticar los proyectos para derribar la Casa de las Columnas entre Betis y Pureza. También hay edificios modélicos, entre los que este arquitecto mencionó la plaza de toros de la Maestranza, elogiando el trabajo de José Antonio Carvajal, la iglesia de la Caridad o el hospital de Los Venerables.

La situación de la Sevilla conventual requiere una actuación de emergencia. "Las monjas se están muriendo de hambre y no tienen capacidad para afrontar obras de esa envergadura". "Los conventos terminarán cerrando", clausura no buscada, "las monjas, muchas africanas, desconocen su valor patrimonial".

El drama del patrimonio de Sevilla llevaría todo un santoral: San Agustín, San Jerónimo, Santa Clara, San Laureano, San Hermenegildo, edificio cerrado a cal y canto desde hace una década y que fue iglesia, sede del Parlamento Andaluz, local de ensayos y lugar de acogida de enseres de cofradías. Mendoza invita a las autoridades "a hacer un viajecito a Berlín; allí aprenderán cómo con poquísimo dinero se pueden rehabilitar viejas fábricas". En Berlín cayó el muro y en Sevilla lo han levantado con un patrimonio que suena a divorcio. El coloquio lo moderó Juan Miguel Vega.

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