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Los barrios también lucen

  • La Gran Plaza y Marqués de Pickman se sumaron ayer a la prueba del alumbrado invernal y navideño, que es como un anuncio de las fiestas

Marqués de Pickman representa la aristocracia de las bombillas. Es la única de las ocho calles que parten de la Gran Plaza, ese pulpo del planeamiento urbano, que ayer estrenó el alumbrado navideño. Un estreno a medias. Porque a partir de Mariano Benlliure se producía el apagón camino del antiguo canódromo.

"Va por fases, queremos pensar, y por eso no se ha encendido toda la calle", dice Francisco, uno de los socios de Rosa y Celeste, tienda especializada en ropa infantil. Hubo un tiempo en que Marqués de Pickman no necesitaba de luces para incentivar las compras. "Esta calle, hace treinta años", recuerda Francisco, "llegó a ser considerada en el sector del calzado probablemente la más comercial de España. Todo cambió con el cierre del mercado".

Los pares de la calle se van sumando al nervio comercial que siempre tuvieron los impares. En un reservado de El Toboso, una familia celebra en torno a una tarta el cumpleaños de un niño. Iluminación al cuadrado. José Manuel Morales, delineante de 42 años, vive en Montequinto, pero siempre compra su árbol de Navidad en Marqués de Pickman, en la tienda que regenta Isabel Bertholet, 25 años, que pese a la ascendencia francesa de su apellido nació en El Cuervo y vive en Mairena del Aljarafe.

"Ni me había dado cuenta de que se había encendido el alumbrado navideño". Isabel le despacha el árbol a su leal cliente. "Los árboles de Navidad y el Papá Noel los ponemos en octubre. Somos los primeros". Nació como tienda de veinte duros, ya tan antiguos como los de la chirigota, y se fue especializando en cortinas, edredones, sábanas del Pirineo, nórdicas y, cuando apaguen estas luces y suban los termómetros, bikinis y pareos de la temporada estival.

Marqués de Pickman es una de las numerosas calles que ayer se sumó a la tradicional ceremonia del alumbrado navideño. Una energía luminosa que este año patrocina con una aportación de cien mil euros la empresa Vilamar Grupo Banco Pastor, que además tiene hilo directo con los Reyes Magos de Oriente.

"La iluminación influye en el ambiente; en las ventas es otra cosa", admite Francisco, el socio de Rosa y Celeste. No tienen artículos específicamente navideños, salvo que se consideren como tales los artículos con fecha de caducidad -diciembre-enero- que atañen al invierno más riguroso, cuando Sevilla es una sucursal de Laponia. "Ni en octubre ni en febrero te compra la madre una bufanda para su niño. El invierno aquí dura muy poco".

La Gran Plaza luce una iluminación más artística. La plaza más europea de la ciudad, que hermana Eduardo Dato con Marqués de Pickman y Federico Mayo Gayarre. Del centro a la periferia siguiendo la línea de bombillas.

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