La Policía Nacional detuvo la noche del miércoles a tres personas que fueron sorprendidas prendiendo fuego a ocho contenedores en Los Pajaritos. Dos de los arrestados son menores de edad y un tercero mayor. Ninguno de ellos es trabajador de Lipasam y no parecen tener relación con el colectivo de empleados de la empresa pública, si bien la Policía mantiene todas las líneas de la investigación abiertas. Los hechos ocurrieron sobre las doce menos diez de la noche del miércoles en la calle Codorniz.

Los autores del incendio de los ocho contenedores observaban la intervención de los Bomberos y la Policía desde las proximidades. Al ver que un grupo de agentes se dirigían hacia ellos, emprendieron la huida por calles del barrio, al tiempo que tiraban los mecheros bajo un coche antes de ser apresados, según informó ayer la Policía Nacional en un comunicado. Las llamas adquirieron grandes dimensiones al haber una montaña de basura junto a los contenedores. El fuego se quedó a escasos metros de las viviendas, locales y coches aparcados en la calle, que fue necesario cortar para que los Bomberos apagaran el fuego.

Son ya cinco las personas detenidas por la Policía Nacional por quemar contenedores desde que empezó la huelga. Las dos primeras detenciones se produjeron el pasado 4 de febrero, una mujer en la avenida de la Soleá y un hombre en la calle Mejillón, en San Jerónimo. Ambos tenían antecedentes por distintos delitos.

La madrugada del miércoles al jueves volvió a ser especialmente violenta, con incendios de contenedores y esparcimiento de basuras por toda la ciudad. Ardieron 43 recipientes de basura entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana, con lo que son ya 320 los contenedores incendiados desde el inicio del conflicto. El distrito Macarena fue una de las zonas más afectadas, con fuegos en Doctor Fedriani, Medina y Galnares, Hermano Pablo o Pedro Gual Villalbí, entre otras calles. También hubo incendios en el Polígono Sur, en Triana, en la Barzola y en Su Eminencia. En el centro se vieron afectados cubos en la calle Baños y en San Juan de la Palma, donde algunos vecinos tuvieron que empujar los coches aparcados para evitar que fueran alcanzados por las llamas.

Varios cubos fueron también volcados en la calzada o girados para que los camiones no pudieran recogerlos. Ocho vehículos sufrieron averías. Los gastos por estos actos vandálicos superan ya los 100.000 euros, según informó ayer el Ayuntamiento.