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Sevilla

La plantilla admite el triunfo municipal y retira la basura

  • El comité pide a los trabajadores pensar en lo que tienen "porque lo que viene ahora es peor". La bolsa de trabajo centra el debate de la asamblea, que aceptó por amplia mayoría el preacuerdo.

Once días de huelga de basura, tres intensas jornadas de negociaciones y dos asambleas para, al final, acabar no sólo asumiendo el acuerdo firmado en abril de 2012, sino algunos conceptos más que modificarán las condiciones de trabajo en Lipasam a partir de ahora: habrá una nueva bolsa de trabajo, que se abre en igualdad a todos los sevillanos, y reestructuración del servicio de limpieza viaria.

El comité de empresa empleó ayer unas cuatro horas para convencer a la plantilla en un escenario de excepción, el auditorio de Fibes, de que el acuerdo ofrecido por el Ayuntamiento de Sevilla para poner fin a la protesta era la mejor de las soluciones.  Una resolución que ni siquiera quiso oír el día anterior la asamblea, que ayer demostró que está dividida entre dos opciones sindicales que defienden intereses distintos. Ayer, el voto secreto de un millar de empleados, casi la totalidad de la plantilla, sirvió para poner fin a la huelga, la más larga de la historia de Sevilla.

El 85% de la asamblea optó por desconvocar el paro, una mayoría muy amplia que prácticamente se corresponde con la afiliación que CCOO tiene entre los trabajadores. La votación tuvo que repetirse al detectarse que algunas personas habían votado doblemente, se presupone que a favor de continuar con la huelga, y concluyó con 846 votos en contra del paro, 135 a favor, 7 en blanco y dos nulos.

El resultado se conoció tras  más de dos horas de un debate al que muchos llegaron con la cabeza mucho menos fría de lo que pretendía el comité.  La asamblea recibió a la prensa con abucheos y gritos para pedir la dimisión del alcalde, pero el comité de empresa acabó reconociendo que, después de retirar la basura, habrá que limpiar la imagen de la plantilla. Los trabajadores han desacreditado a sus representantes y a sí mismos con una protesta desproporcionada que ha dejado más de 7.000 toneladas de basura en las calles de la ciudad.

El comité, conocedor de la firmeza que ha mantenido la empresa durante once días, pidió a la plantilla que reflexionara sobre lo que tienen "porque lo que viene ahora va a ser mucho peor". Fernando Castilla, representante de UGT, recordó que el Ayuntamiento ya había ganado la batalla en la calle. Antonio Bazo, portavoz de los trabajadores en representación de CCOO, se llevó las mayores ovaciones del auditorio, pero también admitió que si ellos han tenido el coraje de aguantar cuando les tocan el bolsillo, "los de enfrente" también lo ha tenido. Y, en este sentido, aseguró que habían visto "los papeles" que demuestran que el Ayuntamiento estaba decidido a contratar a una empresa.  No era un farol, y en la memoria está reciente el caso de Granada.

Los trabajadores llegaron a la asamblea asumiendo que el 5% de recorte salarial y la ampliación de la jornada era algo perdido desde hace meses, y el debate se centró en la bolsa de trabajo que, junto a la reestructuración del servicio de limpieza viaria, ha sido una de las nuevas imposiciones de Lipasam en el acuerdo. La preocupación de la mayoría era la bolsa que hasta ahora estaba cerrada y compuesta por un porcentaje importante de personal vinculado a la plantilla: "Ahora van a colocar a los del PP".

La polémica sindical seguirá. Anoche ya hubo algún problema  antes de iniciarse el turno de recogida. Pero la huelga acabó ayer y se prevé que la ciudad luzca limpia en una semana.

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