La Asociación para la Atención y Defensa del Niño y el Adolescente Diabético de Sevilla (Anadis) organiza charlas en los colegios para que los docentes conozcan qué pasos dar cuando un niño diabético sufre una subida o una bajada de azúcar o, por ejemplo, qué tipo de ejercicio puede realizar en educación física. Desde hace años, esta organización de pacientes reivindica al sistema educativo que disponga entre sus profesionales de una figura (monitor, profesor, tutor, etcétera) que dé respuesta a las necesidades que requieren los niños diabéticos durante la jornada escolar.

Ana María Álvarez, presidenta de Anadis explica que "ahora esta atención depende del humanitarismo de profesores que de manera voluntaria atienden a los niños cuando lo necesitan". El III Plan Andaluz de Diabetes contempla medidas para facilitar los cuidados del niño diabético, que no es autónomo, en clase mediante la colaboración de la consejería de Salud y la consejería de Educación. En Sevilla la Unidad de Seguimiento de Pediatría Hospitalaria atiende a 650 niños y adolescentes.

Otra de las peticiones de esta entidad que representa a sevillanos que padecen diabetes tipo I se refiere al acceso a la tecnología: "Han surgido avances en el campo de la tecnología, como las bombas de insulina y los nuevos sensores capaces de detectar la subida o bajada de glucosa sin necesidad de pinchazos. Si bien entendemos que el SAS (Servicio Andaluz de Salud) no puede ofrecer esta tecnología gratis, quisiéramos que al menos la subvencionen en parte para que podamos acceder", añade Álvarez. Otra de las limitaciones que padecen los diabéticos se refiere al mercado laboral: la diabetes es motivo de exclusión en profesiones como policía, conductor, piloto, etcétera y sin embargo no puntúa en positivo para que los diabéticos puedan acceder a los puestos que se dedican a personas con minusvalía, lo cual resulta discriminatorio para los afectados. Anadis reivindica más consideración para los diabéticos en procesos de selección públicos.