TIEMPO El último fin de semana de abril llega a Sevilla con lluvia

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puntadas con hilo

Las ilusiones efímeras

  • La Feria permite recrear una bella mentira que este año seguirá tomando forma en los programas electorales

NO hay nada más bello y efímero -tópicos aparte- que la Feria de Abril, que este año se celebra en mayo para pesar de los más rancios amantes de las tradiciones. Como todas las grandes mentiras, la ciudad que ocupa el real de Los Remedios se desmorona pronto, en menos de una semana. Ése es su tiempo y alargarlo con preferias para los más puristas no es más que un intento por desvirtuar una fiesta universal. La portada y las zonas más nobles de las casetas nada tienen que ver con las traseras que tan poco se cuidan en el real y que dejan entrever el verdadero material del que está hecho la fiesta, provisional y de quita y pon. Flores de papel, paneles de aglomerado, lonas y plásticos.

Y algo similar ocurre con la ciudad. El esplendor de las fiestas mayores por excelencia también es efímero. Y quizás por ello el equipo de Juan Ignacio Zoido se ha propuesto engordar alguna que otra fiesta menor, como la Navidad ideada por el PP, hasta convertirla en referente ¿europeo? Aquí no hay nieve, pero sí nacimientos y mapping y ahí están las cifras de turismo que avalan el invento de la delegación de Turismo y Fiestas Mayores, a quien el verano todavía se le resiste. Eso de los tres reyes magos, bautizados como vagos por algunos graciosos, tomando el sol junto a la Catedral no coló. Tiempo al tiempo, dicen algunos en la Plaza Nueva, donde se idean, como churros, vídeos promocionales en internet y se cuentan por millones las visitas. Lástima que no fueran votos, pensarán otros.

Aún había esta semana grúas y camiones aplastando el albero en Los Remedios cuando las redes sociales difundían otra noticia: comienza el montaje de la portada del Corpus. De fiesta en fiesta y tiro porque me toca. En el propio gobierno municipal hay alguno que ya ha protestado por tanto folclore y tanta industria de la tradición. Y que Sevilla, que algunos dicen que se vende sola, necesita exportar también otra imagen. Más moderna.

El Caixafórum que Guillermo Vázquez Consuegra diseñará en la Torre Pelli es un buen ejemplo. Antes fueron las maderas de Finlandia de las setas de Jürgen Meyer, pues ahora, un poco de espuma de aluminio en una ciudad donde, como dijo el pasado viernes con ironía el arquitecto, algunos preferirían un templo jónico. Y, además, un auditorio vanguardista en el Puerto que contraste con la silueta de la Torre del Oro y la Giralda. Y si a la ciudad no le cuesta ni un euro, pues mejor, porque habrá logrado entrar en otros circuitos más allá de la moda flamenca y las procesiones.

Y por eso, en estas semanas donde la careta de las fiestas primaverales aún no se ha caído, ha sido más fácil que nunca soñar con una Sevilla también vanguardista, con edificios de diseño y conciertos de artistas superventas. El verano y su insoportable canícula rompe en añicos la esperanza primaveral y calienta los otoños de protestas y quejas de ciudadanos que, a esas alturas del año, esperaban más de sus gobiernos. Pero este año será algo distinto porque, al igual que ha hecho Zoido tratando de alargar las ilusiones efímeras que proporcionan las fiestas locales todo el año, las citas electorales -las europeas serán este mes el preámbulo- se encargarán de reeditar sueños en forma de promesas.

A estas alturas ya cualquier anuncio lo es, pues difícilmente la renovación o relevo en la Alcaldía se producirá antes de que se ponga la primera piedra de ninguno de los proyectos enunciados. Ni siquiera en Altadis, donde hay un compromiso, sí, pero todavía hay mucho por ver. Por eso sorprende el empecinamiento de Juan Espadas por buscarle peros al proyecto de la tabacalera. A ver si al final va a acabar dando también la espantá, que no sería el primer caso.

Zoido no podrá cumplir todo lo que prometió. Se justifica alegando que no ha estado en su mano, pero que todo lo que dijo era necesario y que no se arrepiente de haberlo intentado. Todo, todo... todavía hay quien no se olvida de las pistas de esquí en Los Bermejales. De ilusiones no se vive, cierto. Pero de desilusiones cuesta demasiado vivir y el cupo de debates estériles está ya repleto.

El mensaje para el alcalde de los hinchas

El alcalde de Sevilla es sevillista. Nunca ha escondido sus colores ni tiene por qué hacerlo en una ciudad que ya ha visto vestir camisetas del Betis en público a otros dirigentes. Por eso fue a Valencia el pasado jueves, como un aficionado más de los casi 6.000 que desembarcaron en Mestalla, para animar a su equipo y disfrutar de su clasificación. Y también para ejercer de alcalde, por qué no. El triunfo de un club de fútbol de Sevilla se convierte en un éxito de la ciudad, que ve potenciada su marca, en este caso, por toda Europa. ¿Acompañaría al Betis en una situación similar? Es probable que sí, aunque su sentimiento no fuera el mismo. Aunque después volvió en avión con el equipo, el jueves se desplazó en AVE hasta Valencia y, al bajar, se vio sorprendido por un grupo de hinchas, que empezaron a entonar uno de los cánticos tradicionales en los partidos, adaptado para la ocasión: "Échale huevos, alcalde échale huevos...." ¿A qué se referían? Da igual, pero el consejo vale tanto para los sentimientos futbolísticos como para los de la política. Y muchos saben que si de algo presume Zoido, además de su sevillismo, es de dar siempre la cara. Y ahora, al final del mandato, toca dar muchas explicaciones sobre lo hecho y lo que está por hacer. Dice que él nunca se rinde tampoco. Pues ahí va un toque de atención.

Mojitos combativos, Hugo Chávez y la Pasionaria 

A algunos le sorprende mucho que el portavoz municipal de IU, José Manuel García, hable más de Ucrania, Israel y Venezuela que del Cerro o Pino Montano, por citar algunos de los barrios donde se centra su lucha en Sevilla capital. Bueno, hay tiempo y espacio para todo, deben pensar en Izquierda Unida. Y, de hecho, tras los ecos del Primero de Mayo, sus dirigentes ya están pensando en la Feria de Abril, que este mayo es lo que toca. Los esfuerzos por unos días se centran en poner a disposición de todos los sevillanos, sin restricciones, la PCEra, una caseta donde se garantiza un ambiente "singular", dicen los propios de IU que cuelgan carteles de La Pasionaria o Hugo Chávez, y la posibilidad de disfrutar a precios económicos de su cocina y los mojitos cubanos que sirven para financiar a la organización provincial.

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