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Violación en los Sanfermínes

El juicio de 'la Manada' se celebrará a puerta cerrada

  • El tribunal prohíbe la publicación de información relativa a la víctima, que declarará en la vista oral, así como la emisión de imágenes de la joven o de sus familiares · Los cinco sevillanos se enfrentan a 22 años y diez meses de cárcel

Los cinco sevillanos acusados de la violación en los Sanfermines seguirán en prisión

Los cinco sevillanos acusados de la violación en los Sanfermines seguirán en prisión

El juicio contra los cinco sevillanos acusados por la supuesta violación de una joven madrileña de 18 años durante la madrugada del 7 de julio de 2016 coincidiendo con los Sanfermines arrancará el próximo 13 de noviembre y se celebrará íntegramente a puerta cerrada, decisión que ha tomado la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra para proteger “el derecho fundamental a la intimidad” de la denunciante, así como para salvaguardar a ella y a los cinco acusados de una “indeseada e indeseable exposición pública aireando aspectos relativos a su intimidad corporal y vida sexual” que pertenecen a la esfera personal.

El Tribuna Superior de Justicia de Navarra ha informado este miércoles que la Audiencia ha prohibido además la publicación de información relativa a la identidad de la denunciante o de datos que puedan facilitar su identificación de forma directa o indirecta, así como la “obtención, divulgación o emisión de imágenes de ella o de sus familiares”. 

Estas dos prohibiciones, según exponen los magistrados en un auto, se refieren expresamente a la información incluida en el acta del juicio, que se grabará, y cuyos DVD se entregarán a las partes con el contenido de todas las sesiones de la vista oral, que se va a desarrollar entre los días 13 y el 24 de noviembre. Respecto a los acusados, la Audiencia también prohíbe la obtención, divulgación o publicación de sus imágenes.

El tribunal ha adoptado estas decisiones tras haber solicitado a las partes su parecer sobre la publicidad del juicio. La acusación particular, ejercida por la mujer denunciante, que en el momento de los hechos tenía 18 años, reclamó que todas las sesiones fueran a puerta cerrada y, además, rogó que se prohibiera la obtención, divulgación o publicación de imágenes de la víctima o sus familiares. A esta postura se adhirió la acción popular ejercitada por el Ayuntamiento de Pamplona.

Por su parte, la fiscal del caso planteó que la declaración de la víctima y la reproducción de los vídeos y fotogramas relativos a los hechos debían realizarse a puerta cerrada, y dejó a criterio de los magistrados la presencia de los medios de comunicación y la grabación por estos de imágenes del juicio, un planteamiento al que se unió el letrado del Gobierno de Navarra, personado también en la causa como acción popular. 

Las defensas de dos de los cinco procesados, por su parte, solicitaron que la vista oral fuera completamente a puerta cerrada, mientras que los otros tres encausados propusieron que el juicio fuera en audiencia pública, salvo la declaración de la denunciante y la emisión de las imágenes, pero requirieron que se impidiera tanto su grabación como la de la denunciante con el fin de garantizar la protección de la intimidad y la propia imagen.

Según expone el tribunal, en virtud de la decisión decretada “para nada se afectan las garantías procesales de los acusados”, ni su derecho de defensa, ya que, entre otras consideraciones, habrá publicidad interna total, ha señalado el tribunal navarro.

La Fiscalía de Navarra reclama una condena de 22 años y 10 meses de cárcel para los cinco acusados y una indemnización para la joven de 100.000 euros por el daño moral ocasionado. En concreto, el Ministerio Público les atribuye un delito continuado de agresión sexual, por el que solicita una condena de 18 años de prisión, así como otros dos años y 10 meses de cárcel y multa de 5.409 euros, por un delito contra la intimidad; y otros dos años de prisión por un delito de robo con intimidación.

Los sevillanos A. M. G. E., J. E. D., J. A. P. M., A. J. C. E., y A. B. F., deberán indemnizar además al Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea con 1.531,37 euros, cifra en la que se ha calculado el coste de la asistencia sanitaria y tratamiento farmacológico facilitado a la víctima.

En su escrito de conclusiones provisionales, el Ministerio Fiscal relata que los hechos ocurrieron sobre las 02:50 del 7 de julio de 2016, cuando los cinco jóvenes se encontraban en la Plaza del Castillo de Pamplona, donde se celebraba un concierto con motivo de las fiestas de San Fermín, y entablaron conversación con la víctima, de 18 años y natural de Madrid, quien había llegado a Pamplona con un amigo para disfrutar de las fiestas, aunque en ese momento se encontraba sola.

Pocos minutos después, la chica les señaló que se retiraba a dormir al vehículo con el que había venido a Pamplona, que estaba aparcado en la zona del Soto de Lezkairu, hasta donde los acusados le dijeron que le acompañaban, si bien "su intención era la de buscar un lugar donde mantener relaciones sexuales en grupo con ella", algo que la chica desconocía, asevera la Fiscalía.

En el camino, y mientras la chica quedaba "alejada del grupo", los acusados preguntaron al portero de un hotel si tenían una habitación libre, "que la querían para follar". Al no conseguir habitación, siguieron caminando juntos y al llegar a la confluencia de las calles Paulino Caballero con Roncesvalles, J. A. P. se percató de que una mujer iba a acceder a un inmueble, por lo que se acercó y simuló que estaba alojado en uno de los domicilios, lo que le facilitó que, ya solo, franqueara el acceso a sus compañeros.

Dos de ellos agarraron entonces a la chica por los brazos y la metieron en el portal, donde consumaron presuntamente la violación. Dos de los acusados, "de común acuerdo con el resto, pero sin el conocimiento ni consentimiento" de la chica, hicieron vídeos y fotografías con sus teléfonos móviles, "con la intención de vulnerar la intimidad de la víctima y posteriormente mostrarlos, enviarlos y difundirlos a su grupo de amigos", algo que no llegaron a hacer pero sí anunciaron en un chat denominado La Manada.

Los acusados negaron los cargos y alguno se mostró insolente en su declaración

Los cinco acusados han defendido durante la instrucción de este caso su inocencia, asegurando en sus declaraciones que las relaciones fueron consentidas. Lo que sorprende de la declaración de uno de los procesados, J. A. P. M., El Prenda, es el desparpajo insolente con el que este joven se defiende ante el juez de las graves acusaciones que pesan contra él. Durante el interrogatorio, el Prenda no sólo niega los cinco delitos de agresión sexual, sino que atribuye a la víctima la supuesta iniciativa a la hora de mantener las relaciones sexuales. Dice este procesado que la víctima, una joven de 18 años, se interesó por el grupo al conocer que eran sevillanos. "Me encanta cómo sois, yo nunca he estado con un sevillano", asegura el acusado que fueron las palabras de la chica, a las que respondió de la siguiente forma: "La verdad es que no estás con un sevillano normal, yo soy cinturón negro comiendo coños" (sic). Según el Prenda, la joven se rio y le dijo que las cosas habría que demostrarlas, momento en que el acusado afirma que le manifestó que no eran dos sino cinco, y la chica habría añadido, siempre según la versión exculpatoria del Prenda, lo siguiente: "Eso a mí me da igual, yo puedo con dos, puedo con cinco, puedo con lo que haga falta".Y entonces anduvieron con la joven para buscar un sitio donde mantener las relaciones sexuales. Pero la declaración de este acusado no sólo queda ahí. El Prenda insiste en la actitud de la joven. "Cada uno nos poníamos delante y ella agarraba al que quería en ese momento", añadió el acusado, que también afirmó que la víctima había colaborado en la búsqueda del lugar para mantener el contacto sexual. "Ella estaba tan metida en buscar sitio como nosotros".

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