Sevilla

Uno más en la plantilla: el señor estrés

  • Militares y bomberos son los profesionales que más tensión soportan, mientras que los ecografistas y peluqueros presentan un bajo nivel de estrés

José Ceballos llevaba seis años en el cuerpo de Bomberos cuando acudió al aviso de un barco ardiendo en el río. Él estaba en la sala de máquinas con dos compañeros más cuando hubo un fallo en el depósito de gasoil y se quedaron atrapados. El fuego se propagó por todo el barco. Tenían que salir cuanto antes y había dos caminos: derecha, por donde habían venido, o izquierda. No se ponían de acuerdo, pero finalmente eligieron coger el camino de la izquierda. Justo cuando empezaron a avanzar una lengua de fuego apareció por la derecha. "Fue cuestión de suerte e intuición. Si hubiéramos cogido por la derecha, hubiésemos muerto", recuerda Ceballos, sargento de Bomberos con más de 25 años de servicio. "De una situación así no te repones de un día para otro".

Nivel de tensión de los empleos Nivel de tensión de los empleos

Nivel de tensión de los empleos / Dpto. Infografía

Según la consultora norteamericana CareerCast, la de bomberos es la segunda profesión más estresante. El informe le otorga un nivel de 72,68 puntos sobre 100. El ranking lo lideran los militares (72,74), mientras que los pilotos de avión ocupan la tercera posición (60,5). En este top 10 también se encuentran policías, coordinadores de eventos, periodistas de prensa escrita, empresarios, ejecutivos de relaciones públicas, taxistas y locutores de radio.

En el lado opuesto, los menores niveles de tensión corresponden a ecografistas (4 puntos sobre 100), peluqueros (6,7), audiólogos (7,3) y profesores titulares de universidad (8,2 puntos). Con respecto a la edición anterior, salen de la lista los bibliotecarios y los dietistas. El estudio se refiere a Estados Unidos, pero sus autores consideran que sus conclusiones son extrapolables al resto del planeta.

En España, el 84% de la población española sufre de estrés, una tendencia más alta entre las mujeres (87%) que entre los hombres (81%), y un 62% declara sentirse agotado al final del día, según el último estudio elaborado por la empresa de comunicación Nielsen. A nivel nacional, otras investigaciones, incluyen también a los mineros, camareros, médicos residentes y profesores de enseñanza media entre las profesiones más estresantes.

CareerCast establece como principales causas del estrés la presión de los plazos de entrega, la competitividad por un puesto, la necesidad de viajar, los bajos sueldos, exigencia física, interacción con el público, las condiciones ambientales, los riesgos asociados a la propia vida, la responsabilidad sobre la vida de los demás y unos horarios que no conocen límites ni regularidad.

En el caso de José Ceballos, bombero desde los 21 años, realiza guardias de 24 horas, tras la cual descansa cuatro días. "Cuando suena la sirena y te dicen que hay un incendio en una vivienda con personas atrapadas, sólo de escucharlo se te pone el corazón a 200 pulsaciones", admite Ceballos, que también es entrenador de atletismo. "En esas 24 horas, el cuerpo nunca se relaja. Aunque estés descansando o viendo la tele, tu cuerpo está en posición de alerta, con el cuello en tensión y los hombros hacia delante", señala Ceballos. Además, "cuando en verano tienes que apagar un fuego de pastos a 45 grados, al día siguiente no haces más que beber agua. No terminas de hidratarte", reconoce. "Cuando eres joven lo soporta mejor, pero con el tiempo tu cuerpo se resiente".

El piloto Alejandro Díaz, por otro lado, vuela una media de 700 horas al año. Trabaja para una compañía de vuelos charter, especializada en viajes de equipos. La semana pasada llevó en un Boeing 777 al Barcelona F.C., al Atlético de Madrid, al Athletic de Bilbao, al Villareal y al Celta del Vigo a los partidos fuera de casa de la Champions y la Europa League. "Tengo que despegar un avión que pesa 300.000 kilos, más 90.000 kilos de combustible y 300 personas a bordo. La responsabilidad es muy grande", manifiesta este comandante de vuelo, que a los siete años ya le dijo a su padre que quería ser piloto.

Díaz destaca como principales causas del estrés el ruido extremo que tienen que soportar los pilotos dentro de las cabinas, los cambios de horarios y los despegues a horas intempestivas. "Muchas veces no sabes si te merece la pena acostarte", reconoce este piloto, que el 14 de marzo llevará al Sevilla F.C a Leicester. "El jet lag y los continuos cambios de horarios de las comidas también nos afecta. Además, comemos mucho a bordo del avión, y esa no es la mejor alimentación".

Los pilotos también realizan continuos simulacros de vuelos para practicar maniobras de riesgo. "Tenemos que estar preparados por si se produce un fallo en el motor, éste sale ardiendo, se produce una despresurización de la cabina o tenemos que aterrizar antes de tiempo y con sobrepeso", comenta Alejandro Díaz.

Los taxistas son otros de los profesionales que soportan un mayor nivel de presión, según la consultora CareerCast. "Estamos fuera de casa entre 12 y 16 horas, sentado en un coche y constantemente pendientes del tráfico y metidos en atascos", afirma Juan Martín, taxista desde hace 40 años. El presidente de la asociación Foro Taxi Libre era jugador profesional de fútbol y, tras lesionarse, decidió seguir los pasos de su padre como taxista. "Las cosas han cambiado. Ahora los jóvenes tienen otra mentalidad y los horarios son mejores. Se hacen turnos e incluso hemos conseguido que en agosto sólo trabaje la mitad de la flota. Antiguamente no sabías si tus hijos eran tuyos porque no podías disfrutar de ellos", bromea Martín.

La seguridad es una de las cuestiones que más preocupa a este taxista. "La noche últimamente está muy peligrosa. A mi hijo, que también es taxista, le rompieron la mandíbula por varias partes. Estuvo siete horas en el quirófano".

A sus 57 años, y después de perder su trabajo en una autoescuela, Pilar Domínguez se hizo taxista. Es "novata", empezó el pasado 9 de enero, aunque su marido y su hijo pertenecen al sector. "A mi hijo no le gustaba este trabajo y se preparó unas oposiciones, y yo he cogido su taxi", explica la sevillana. "De momento estoy encantada. Esto parece un confesionario. A veces haces de psicólogo con los clientes, y los compañeros siempre me cuentan anécdotas y me dan consejos cuando estamos en las paradas", señala Domínguez.

La consultora norteamericana también hace hincapié en el alto nivel de tensión que sufren los empresarios. Tras perder su empleo, José Joaquín Torres decidió emprender y en 2010, junto a un socio, abrió Buzón Arte, especializada en el reparto de publicidad y la impresión de flyers y tarjetas de visita. Luego fundó Textilon, dedicada al merchandising personalizado, y Torré Wear, especializada en ropa deportiva. A estas tres líneas de negocio se suman una tienda on line y una clínica dental. "En total hay 23 personas fijas a mi cargo", afirma el empresario. "Me preocupa no poder pagar a mis proveedores cuando los clientes se retrasan en los pagos, además de los contratiempos de última hora y no cumplir con los plazos", reconoce José Joaquín Torres.

Entre los empleos menos estresantes, según CareerCast, destacan los ecografístas, los joyeros y los audiólogos, aunque algunos profesionales de estos sectores no opinan lo mismo.

"Habría que diferenciar entre los que se dedican a vender joyas y los que trabajan el metal", subraya Enrique Rodríguez. Este grabador aprendió el oficio en el taller de su padre, donde entró a trabajar con 14 años. "Si trabajas el material pasas muchas horas sentando en un banco. A esto se suma la presión de las tiendas y los clientes que exigen tener sus piezas cuanto antes y las horas de trabajo que requiere el grabado a mano", afirma.

Tampoco se muestra de acuerdo con este ránking la audióloga protésica María Bernal. Ésta reconoce que se trata de una profesión "desconocida" y que despierta un escaso interés por parte de los jóvenes estudiantes. Los audiólogos son técnicos superiores y en España, a diferencia del resto de la Unión Europea, no se considera una especialidad médica.

"Atendemos a una media de 30 personas a la semana. Realizamos un estudio exhaustivo de audición, que incluyen numerosas pruebas que se realizan durante varios días y que hay que contrastar. Luego hay que buscar la prótesis que mejor se adapte a la pérdida de audición del usuario, comprobar su eficacia con nuevas pruebas, estar pendiente de la rehabilitación auditiva y hacer un seguimiento del paciente. Que me digan que mi trabajo no es estresante", manifiesta María Bernal, cuyo padre, Sebastián Bernal, es el presidente de la Asociación Andaluza de Técnicos Superiores de Audiología Protésica.

Bernal lamenta el "escaso apoyo" que reciben estos profesionales por parte de la Administración y que "el SAS no cree plazas públicas para que los audiólogos trabajen en los hospitales, así como el alto porcentaje de jóvenes que se matriculan en el ciclo formativo de audiología protésica "como última opción" al no poder entrar en otros ciclos más demandados. "Esta profesión tiene muchas salidas pero nadie se las explica a los jóvenes", concluye.

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