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18 primaveras junto al palacio de Dueñas

  • Destino. Félix de Cárdenas llegó a la Macarena por Ricardo Suárez y cumplió con su encargo. Uno ilustró la última Feria de Soledad Becerril, el otro la primera de Espadas.

Ricardo Suárez, en el bar Dueñas.

Ricardo Suárez, en el bar Dueñas. / Juan Carlos Vázquez

HAY un cordón umbilical entre estos dos pintores. Félix de Cárdenas (1950-2016) hizo el primer cartel de Fiestas Primaverales de la historia de este periódico, el de 1999, el último de la alcaldesa Soledad Becerril; Ricardo Suárez es autor del cartel todavía vigente, el que le encargó el Ayuntamiento que preside Juan Espadas para las Fiestas Primaverales de 2015. 18 Semanas Santas, 18 ferias los separan en el calendario; una hermosa historia les une, prácticamente el último trabajo entregado por el pintor recientemente fallecido. Ricardo Suárez fue su introductor de embajadores ante la Hermandad de la Macarena. El hermano mayor, Manuel García, le mostró el patrimonio de la Basílica cuando el pintor la visitó en enero de 2015. Pidió una prórroga cuando le encargaron el cartel de la hermandad, pasó por el quirófano para una operación coronaria muy delicada y cumplió su compromiso con un trabajo en el que los ojos del espectador ven sin intermediarios la humanidad de la Esperanza Macarena. En aquella visita fue presa del mismo asombro que cautivó a artistas como Ignacio Tovar o Guillermo Pérez Villalta cuando vieron algunos de los mantos de la Virgen, dignos de figurar en el Moma neoyorquino.

En domingos alternos, el cronista paseó por las calles de la ciudad con los pintores Félix de Cárdenas y Ricardo Suárez en octubre de 2012. Sus destinos volvierían a unirse en el bar Dueñas, un local próximo al palacio del mismo nombre donde se dan cita los martes los tertulianos de Cuadernos de Roldán y casi todos los días aficionados al ajedrez, deporte del que este bar es una especie de consulado oficioso antes incluso de que en octubre de 1987 Anatoli Karpov y Gari Kasparov iniciaran en el teatro Lope de Vega las partidas del campeonato del Mundo.

Félix de Cárdenas veía los cipreses de Dueñas desde los corralones y sus clases de Dibujo

El bar Dueñas es una modesta pinacoteca de carteles de Semana Santa. Manuel Boa, uno de los camareros, repondrá el de Ricardo Suárez, que ha estado los últimos meses compartiendo espacio con el de Félix de Cárdenas. Éste idealiza a la mujer sevillana a partir de una sevillana adoptiva real: Ana Llorca, granadina de Albolote, que gracias a su amigo Félix de Cárdenas se ha convertido en una especie de musa ferial ya que este cartel es el que mejor ha sobrevivido de la época contemporánea o democrática de este género iconográfico de anunciar al mundo la inminencia de los días más señalados. Pintor y modelo le regalaron al cronista sus comunes recuerdos en una sesión inolvidable en la caseta El Giraldillo de la Feria.

El entorno de Dueñas marcó dos etapas fundamentales de la vida de Félix de Cárdenas, la época en la que fue inquilino de un estudio en los corralones de la calle Castellar. Allí compartió trabajos, vivencias, aprendizajes y risas con Carmen Laffón y Rolando Campos, autores respectivos de los carteles de Semana Santa de 1983 y 1984. Félix fue uno de los participantes en aquel viaje a Asilah, Marruecos, en el verano de 1998, del que no volvió Rolando Campos, autor del monumento a Mozart junto al teatro de la Maestranza.

Desde los corralones de Castellar, Félix de Cárdenas veía los cipreses de Dueñas. Un palacio unido a la cuna de Antonio Machado y a la presencia de una duquesa mecenas de pintores -llevó su patrimonio pictórico al Museo de Bellas Artes- de la que acaba de cumplirse el segundo aniversario de su fallecimiento. La segunda visión de Dueñas en la vida de Félix de Cárdenas fueron los años que estuvo de profesor de Dibujo en el colegio Calderón de la Barca, en la misma calle Castellar donde nació José María Izquierdo.

Ana Llorca está presente en el cartel y en las tertulias de Cuadernos de Roldán

El cartel de Fiestas Primaverales de Ricardo Suárez lo llevó al bar Dueñas una alumna de este pintor, según cuenta el citado camarero en ese ambiente de tapas y peones, alfines y medias raciones. El pintor se ha comprometido a llevar un ejemplar firmado para reponer la ausencia. Ana Llorca tiene una doble presencia en este bar próximo a San Juan de la Palma: en el cartel en el que su amigo muerto la inmortalizó y como integrante activa de la tertulia Cuadernos de Roldán. Convive con otros dos carteles de momentos bien diferentes. El del gibraltareño Gustavo Bacarisas es de 1917 (murió el capicúa 1971), fiestas primaverales que coinciden con la revolución rusa en plena Primera Guerra Mundial; el que firma María Manrique es de 1996, la primera Feria de la alcaldía de Soledad Becerril en el año del triunfo de Aznar en las elecciones después de 14 Ferias de hegemonía socialista.

Félix de Cárdenas nació en la muy pictórica calle García Ramos, también autor de un mítico cartel cuya reproducción presidió el despacho del sevillano Manuel Mantero en su despacho de la Universidad de Athens, Georgia. El pintor fue informado por su colega Ricardo Suárez en la visita a la Basílica de que la hermandad se fundó en 1595, cuatro años antes del nacimiento de Velázquez. "Pinta el aire, y eso es imposible". Su padre fue maniguetero del Cachorro y él salió de nazareno en la cofradía del Cristo de Ruiz Gijón. Ricardo Suárez fue costalero de los Estudiantes. Destinos cruzados por un magisterio permanente y una amistad postrera de dos pintores macarenos, uno con papeleta de sitio, otro con estudio en calle Parras.

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