Sevilla

Los rescoldos de una presentación

  • La gestión del gobierno de Monteseirín sale reforzada tras la puesta de largo de Espadas, pero no evitará la salida de la mayoría de los actuales concejales en una operación controlada al minuto por Susana Díaz

Los partidos no dejan que sus candidatos hagan las listas. Ninguno. Las listas (y las tontas) son el cortijo de los respectivos aparatos. Quienes meten la cuchara en el perol durante cuatro años lo deciden los secretarios generales, que ponderan la paridad, sus propios intereses para no perder desde el partido el control de la institución, los de los distritos y/o agrupaciones, los equilibrios entre las familias, las diversas sensibilidades y hasta la posibilidad de capitalizar el prestigio de los cada vez más inusuales independientes. El candidato pone la cara. Y si acaso le dejan colocar a una persona de su estricta designación. Poco más. Muy poco más. En el caso del PSOE, el riesgo estriba en que las agrupaciones tienen que aprobar las listas, de ahí que una elección adecuada tenga el efecto de ponerle las pilas a la militancia, y una elección inadecuada provoque el efecto de los brazos caídos.

Que Espadas diga que hará la lista pensando en la cantera como Guardiola está muy bien, da juego para el titular periodístico (lo que ya es un logro en el marketing político nada desdeñable), pero no se ajusta a la realidad. Mucho menos en un partido como el PSOE, donde las agrupaciones examinan con lupa más que nunca cómo se produce el relevo de un alcalde con una trayectoria de doce años de mando hacia un candidato limpio, sin aristas y que trata de navegar (a veces meritoriamente sólo) entre sus intereses electorales y los del aparato de su partido. Que Evangelina Naranjo, ex consejera de Gobernación, pueda ser la número dos de Espadas podría ser una buena noticia para el cabeza de lista electoral. La Naranjo sabe de campañas electorales, le hierve la sangre roja (que diría aquel entrenador utrerano) y mantiene un lenguaje que llega al electorado mayoritario, alejado de tecnicismos. Anteanoche mismo renunció a su asiento preferente como secretaria general de Miraflores para sentarse con la gente de su agrupación. Un gesto que la define, sobre todo cuando los codazos por estar cerca del escenario eran más propios de un área donde se espera rematar el córner. El problema de la ex consejera de Chaves (nunca olviden que su carrera política está ligada al ex presidente andaluz) es que la todopoderosa Susana Díaz siente por ella algo así como... ¿odio africano le llaman? Por mucho que la trianera se esfuerce más que nunca por limar las aristas de su imagen y parezca más amable y próxima, no es previsible que su disposición sea la de contribuir a la resurrección política de su antigua compañera de banca en el Ayuntamiento.

A Espadas le gusta mucho una mujer joven, con buena imagen, preparada, conocedora de los medios de comunicación (colabora en varios) y bien posicionada desde la izquierda en esa sociedad civil que tanto necesita ahora el PSOE como es Lina Gálvez, vicerrectora de la Universidad Pablo de Olavide y experta en temas de desigualdad de género. Fíjense en la fotografía del acto masivo celebrado el lunes en Fibes que ilustra esta página. Ella aparece sentada justo detrás del presidente José Antonio Griñán y al lado de Juan Manuel Suárez Japón. El protocolo la incluyó nada menos que en la parcela central de la segunda fila. Gálvez da el perfil de independiente que verdaderamente puede enriquecer una lista y aportar vida a una marca electoral histórica que vive su peor momento en su tradicional fortín: Sevilla. Y tiene todas las papeletas para pasar el control de calidad del aparato. Ay, el aparato. Si a Juan Espadas le dejan, podría tener el perfil de número dos.

Del gobierno actual de la ciudad, cuya gestión salió especialmente reforzada en la reivindicación que hizo de ella un PSOE con casi todos sus referentes presentes (sólo faltaron Manuel Chaves y tal vez Escuredo si se hace un balance puntilloso), se daría por segura la repetición de los concejales Alberto Moriña, de perfil muy moderado y que hace de enlace con Susana Díaz desde la Plaza Nueva y Joaquín Díaz, delegado de edificios municipales. Todos los demás son dudas. Esther Gil, delegada de Educación, y la muy desconocida delegada de la Mujer, Dolores Rodríguez, quedarían fuera. Quienes tendrían que trabajarse la entrada en la lista son las ediles Nieves Hernández, Teresa Florido y Cristina Galán. Especialmente difícil tendrá Espadas la elección de los puestos que teóricamente hay que asignar a las agrupaciones que aún controlan el delegado de Movilidad, Francisco Fernández (Cerro-Amate), y el que fuera delfín de Monteseirín, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (Nervión-San Pablo). A este respecto conviene destacar que el candidato sólo hizo tres guiños a militantes socialistas durante su repertorio de intervenciones de ayer. Citó, cómo no, a Susana Díaz, a Evaristo Troya (secretario general de San Jerónimo que forma parte de su equipo electoral) y, oh, sorpresa, a Francisco Fernández. Esta última alusión supuso toda una novedad y confirma los esfuerzos titánicos del perifrástico Fernández por lucir su nueva chaqueta dentro del partido. De Monteseirín a Espadas por el camino más corto y, como dice la jerga cofradiera, sin volver la vista atrás. Está claro que Fernández entiende de movilidad. Y mira al futuro como nadie. Pese al guiño de Espadas, lo tiene muy complicado.

La presidenta del Pleno, Rosamar Prieto-Castro, tiene claro que su reino ya no es de este mundo. Y tal vez este PSOE se parezca muy poco al PSOE de los grandes nombres que ella conoció. Dice que dejará la política en mayo.

Al delegado de Convivencia y Seguridad, Alfonso Mir, secretario general de la agrupación Sur, se le daría por amortizado, sobre todo porque el candidato (o, siempre mejor dicho, el partido) no quiere líos de familiares colocados en las empresas municipales, sabedores de que hay nuevos casos que podrían lastrar la recta final de una campaña que será de especial dureza. ¿Y también porque Mir preside una empresa llamada Mercasevilla, de donde se publican últimamente muchas informaciones en positivo sobre la calidad del pescado y las propiedades cardiosaludables de la fruta? La lonja tiene veneno.

¿Quién representaría entonces a la agrupación de un Mir que personalmente sigue contando con cierto tirón entre los suyos? Los equilibrios, los dichosos equilibrios, obligarán a asumir riesgos y ponerles nombres y apellidos en la lista a todas esas agrupaciones en manos de alfredistas con los que en principio no se cuenta, pero cuyos barrios son claves para el electorado socialista. No se olvide el malestar entre los críticos surgido hace sólo dos meses por la composición del comité electoral de Espadas. Entonces ya se quedaron fuera Pino Montano y Bellavista.

La labor de Guardiola es de equilibrista. Y el PSOE ya no es aquel partido con amplia red.

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