El conflicto del taxi

La Policía lamenta que el Ayuntamiento "no ponga coto" a la "mafia" del aeropuerto

  • Las cámaras y móviles sitúan a taxistas pinchando ruedas, saboteando instalaciones y acosando a conductores VTC

  • Algunos taxistas cometen actos "vandálicos" propios de "comportamientos mafiosos"

Imagen de una de las cámaras de vigilancia en el aeropuerto.

Imagen de una de las cámaras de vigilancia en el aeropuerto.

La Policía cree que los ataques "vandálicos" que imputa a taxistas del aeropuerto de Sevilla responden a un modelo de organización mafiosa "concertada y coordinada", a la que el Ayuntamiento "no ha logrado poner coto" pese a "conocer esta dinámica delictiva desde hace años".

La Brigada de Información ha hecho un exhaustivo análisis de las cámaras de seguridad y las conexiones de móviles para vincular a miembros de la asociación Solidaridad del Taxi, que tiene el monopolio de la parada del aeropuerto, con agresiones a vehículos de transporte con conductor (VTC), amenazas a otros conductores y el sabotaje a los aseos del aeropuerto el 23 de febrero de 2018, después de recibir la notificación de que debían desalojar el local que usan en la terminal aérea.

Solidaridad del Taxi ha conseguido "de facto" un monopolio en la recogida de pasajeros en el aeropuerto "a través de la ejecución de actos vandálicos, propios de comportamientos mafiosos que generan el lógico temor entre los demás conductores", según la Policía. Entre esos rasgos mafiosos se encuentra el intento de chantaje a personas influyentes y que los recién llegados se encargan de las agresiones como "una forma de subir en el escalafón y demostrar lealtad"

En  uno de los atestados aportados a la "macrocausa" que instruye el juzgado número 8, la Policía llama la atención sobre la relación de amistad de Juan Carlos Cabrera, concejal de Seguridad y ex director del Instituto del Taxi, con el presidente de Solidaridad del Taxi, Enrique Filgueras, cuya boda civil ofició. El informe sugiere una "asociación de ideas" consistente en que "el responsable político con capacidad para terminar con la conocida como mafia del taxi no hace nada porque quien la dirige es su amigo".

Estado en el que quedaron los aseos del dañados en el aeropuerto. Estado en el que quedaron los aseos del dañados en el aeropuerto.

Estado en el que quedaron los aseos del dañados en el aeropuerto. / M.G.

Hasta ahora hay un total de 32 personas investigadas por presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, coacciones, daños y amenazas, a los que la Guardia Civil añadió la semana  pasada otro taxista detenido por el incendio de nueve coches VTC en la Feria de Abril de 2017.

Los agentes definen así las características de ese "grupo organizado criminal": su "capacidad de adaptación a los métodos, lugares y momentos" y el hecho de que no actúan "en solitario" sino que su "estructura, formas y métodos coordinados" son "la esencia de su propia existencia".

Solidaridad del Taxi tiene el monopolio en San Pablo "no por ningún acuerdo o reglamento municipal, sino por la imposición coactiva al resto de taxistas", en una situación a la que el Instituto del Taxi "no ha logrado poner coto" pese a tener la potestad sancionadora y "conocer esta dinámica delictiva desde hace años", según la Policía.

En otro atestado, los investigadores afirman que los nuevos taxistas que entran en la parada del aeropuerto son los encargados de las "operaciones" de pinchar ruedas, "seguimientos intimidatorios", amenazas y vertido de líquido corrosivo sobre las carrocerías de otros coches. "Lo normal es que a un novato le acompañe un veterano que le dice cómo hay que pinchar", afirma la Policía.

Añade que ninguno de sus informadores se atreve a denunciar oficialmente pues "tendría que irse de Sevilla". Uno de ellos les contó que un taxista dispone de unas botas a las que ha acoplado una púa "con la que pinchar ruedas sin necesidad de agacharse".

Otra imagen de los baños dañados. Otra imagen de los baños dañados.

Otra imagen de los baños dañados. / M.G.

La fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra, ha corroborado esta impresión en uno de sus recientes escritos al juzgado, donde afirma que los taxistas investigados pueden constituir "una de las formas de grupo criminal previstas en el Código Penal" debido a "ciertas características de reparto de papeles y concierto previo para ejercitar coacciones".

Al principio, según los atestados, el objetivo era cualquier taxista que pretendieran "subir" al aeropuerto y no trabajar "abajo" (en Sevilla), aunque también se han dirigido contra coches VTC, contra el autobús municipal que conecta con el aeropuerto (apedreado por seis encapuchados), contra quienes no secundan sus huelgas y contra las furgonetas de una empresa de turismo ambiental que recoge a sus clientes en San Pablo.

En la estación ferroviaria de Santa Justa "se ha intentado reproducir el monopolio que Solidaridad tiene en el aeropuerto", aunque "sin éxito hasta el momento".

Otra modalidad, según la Policía, fue puesta en práctica por cinco taxistas de Solidaridad que en febrero de 2017 se inscribieron con nombres falsos en la aplicación para móviles de  Cabify y así localizar sus vehículos. Sus conexiones coinciden con la persecución e inmovilización de coches VTC que fueron denunciados a esa misma hora en distintos puntos de Sevilla.

En el registro llevado a cabo en junio de 2017 en la sede de Solidaridad aparecieron fotos de conductores de autobuses municipales, fotos y número de carnet de policías locales "que señalan como perseguidores de los taxistas" y fotos de policías municipales comprando en una tienda de comestibles y trasladando luego el carrito de la compra a su patrullero. 

La asociación busca con ello sorprenderlos en "actos reprobables" para "poder presionarlos a conveniencia", según la Policía. De la misma manera, el director del aeropuerto -que sufrió pintadas en su domicilio particular- relató a los investigadores que el presidente de Solidaridad  "alardea de conocer secretos de la vida íntima de personas influyentes y amenaza con darlos a conocer".

Entre otras presuntas irregularidades, un atestado recoge que el local de Solidaridad del Taxi en el aeropuerto dispone de una cámara que enfoca al túnel de acceso al aeropuerto y le permite tener información sobre el volumen de pasajeros, paso de personas, personal de AENA o policías, "sin tener  competencias de seguridad pública ni privada".

A veces no hay suficientes taxis para atender el túnel de llegadas del aeropuerto, por lo que Solidaridad del Taxi prohíbe a sus socios los juegos de azar en su local entre las 19 y 21 horas con objeto de que la parada no quede desatendida. Juegos donde las apuestas llegar a los 2.000 euros, según los informadores de la Policía.

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