No hay que remontarse mucho tiempo para tener constancia de un accidente trágico con un ascensor. La última vez fue el pasado mayo en Madrid, cuando dos jóvenes de 17 años, varón y mujer, fallecieron al caer por el hueco de un elevador. El suceso ocurrió en la calle Hermanos Bécquer, en el barrio de Salamanca. Según informaron fuentes policiales, el suelo del ascensor se desprendió, lo que provocó que los jóvenes cayeran al vacío desde una novena planta. La Comunidad de Madrid aseguró que el elevador había pasado todas las revisiones.
El bloque de pisos donde ocurrió la desgracia era de lujo, con viviendas de 300 metros cuadrados. Una de las víctimas, la chica residía en uno de estos pisos. El otro fallecido estaba invitado a una fiesta que se iba a celebrar allí. Los servicios de emergencias se los encontraron ya fallecidos. Dos muertes provocadas por politraumatismos.
En este trágico accidente la empresa fabricante del ascensor tuvo que personarse en la investigación. Este tipo de elevadores deben pasar una revisión obligatoria cada cuatro años y otra periódica de mantenimiento.
Según algunas pacientes ingresadas en el Hospital Virgen de Valme, donde ayer falleció la joven decapitada por el ascensor, el elevador era nuevo, una afirmación que luego se desmintió. Representantes del Sindicato Médico de Sevilla tampoco se explican lo que pudo haber pasado. Aseguran que los ascensores de este centro hospitalario cumplen con todas las revisiones necesarias. "En 30 años nunca ha ocurrido ningún accidente ni ha habido heridos por culpa de los ascensores", aseguraban representantes de este sindicato. Sin embargo, personal sanitario del Valme manifestaron a este periódico que sí se han producido "incidentes" con los elevadores, "pero nunca de esta trágica magnitud".
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