Sevilla

Del turismo del bajo coste al 'city break'

  • El sector propone que se apueste por un turismo cultural de fin de semana para sobrevivir a la crisis

"No tenemos ni para tabaco", comentan los cocheros que aguardan en el casco histórico de Sevilla la llegada de turistas. Los ánimos se caldean de manera exponencial al termómetro y surgen las discusiones entre el gremio. "Este invierno tendremos que alimentar a los caballos con algarrobas", lamentan mitad resignados mitad airados.

La crisis se deja notar con crudeza en el sector turístico este verano. Se aprecia en los datos estadísticos, como los de la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera, que evidencian una bajada del 10,3% del turismo extranjero en España, y también en la calle. En Sevilla, el turismo ha caído un 10,2% en el primer semestre del año y julio no ha permitido remontar el negocio. Entran pocos turistas y poco dinero en la ciudad, según confirma el sector. Antonio Távora, representante de la Asociación Nacional de Agencias de Viaje, lo explica de manera muy gráfica: "En Sevilla se está potenciando el turismo de bajo coste, el de los turistas que sólo gastan en suelas de zapatos".

No obstante, para Távora, conocedor del mercado sevillano, la crisis sólo está acentuando los problemas que ya arrastra Sevilla como ciudad turística desde hace un tiempo. "Aunque Sevilla sea una ciudad de fama mundial, es imposible compararse con grandes destinos como Londres o París, que acogen cada año 50 millones de turistas", comenta Távora. "Sevilla es casi un pueblo grande, con un contenido cultural pobre y un tejido empresarial de poca importancia", añade, crítico, este portavoz del sector turístico, que lamenta que desde la Consejería de Turismo se venda Andalucía como un destino turístico de sol y playa, pues esto provoca que la mayoría de los turistas en la ciudad estén de paso y se queden en la capital pocos días.

Un sondeo realizado ayer entre los turistas de visita en el casco histórico confirma los datos aportados por Távora. En esta época del año, la ciudad hispalense se ofrece como una excursión cultural y gastronómica para la mayoría de turistas extranjeros que viajan hasta el Sur.

La solución, según opina Antonio Távora, está en potenciar, junto con el turismo de congresos y el turismo de negocios, ambos turismos de calidad, viajes cortos denominados city break, un tipo de estancias de corta duración, normalmente durante fines de semana, cuyo objetivo suele ser atraer a un turismo cultural. Pero para conseguirlo, insiste Távora, es necesario aumentar la oferta cultural de la ciudad: "Sevilla necesitaría 17 bienales de flamenco al año".

Desde el sector de la hostelería, otro de los grandes damnificados, se estima que las ventas han caído entre un 30 y un 50% , en función de las zonas. El turismo de bajo coste aleja a los visitantes de los restaurantes, según confirman los camareros y encargados de los principales locales del centro de la ciudad.

Los franceses y los italianos predominan en el mes de agosto entre los turistas extranjeros que desafían los 40 grados a la sombra y se cobijan en las horas de mayor calor en las tiendas de souvenirs de los alrededores de la Catedral. "Nuestra ubicación privilegiada nos salva", confirman en las tiendas de regalos.

El sector confirma que, de no remontar el negocio en los próximos meses, el año se cerrará con una caída superior al 10%, un descenso que es más moderado que el registrado en el resto de provincias andaluzas, sobre todo Córdoba y Málaga, que han recibido a un 13% menos de turistas. "No es tan mala como se preveía", asegura entre resignado y esperanzado Távora, que argumenta que las aerolíneas de bajo coste que operan en Sevilla tenían una previsión peor para este verano: un descenso del 20%.

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